Mini test de dependencia emocional
¿Soy dependiente emocional?
Si empiezas a sospechar que necesitas demasiado a tu pareja te voy a dar una serie de claves para saber si es posible que estés confundiendo el amor con la dependencia.
Mini test de dependencia emocional
¿Sientes que quieres estar todo el rato con tu pareja cueste lo que cueste?
¿Te pasa que, si tu pareja no te muestra en algún momento cariño, lo pasas mal?
¿Crees que inviertes la mayor parte de tu tiempo en tu pareja?
¿Ves nada, o casi nada a tus amigos/as?
¿Consideras que has reducido tu actividad laboral o de ocio por tu pareja?
¿El miedo a estar sin la persona amada te lleva a pasarlo mal, obsesionarte, preocuparte o incluso tener comportamientos celosos/controladores?
¿A pesar de las posibles consecuencias desagradables sigues repitiendo estos pasos una y otra vez?
¿Sientes que no estás nada bien con tu pareja pero sigues una y otra vez buscándola?
Si contestas a todo o casi todo con un sí, seguramente estés en una relación de dependencia.
¿Qué significa y de donde viene ser dependiente emocional?
El vínculo afectivo empieza a desarrollarse desde que nacemos. Recibir afecto y cuidado nos permite crecer de forma saludable. ¿Qué ocurre cuando este vínculo afectivo ha sido irregular o ha faltado? Puede que nos genere una carencia que posteriormente busquemos en los demás y nos lleve a la dependencia.
La dependencia es apegarse de forma insana, es decir, actuar según una necesidad.
¿Crees que es lo mismo decir, “me gustaría estar con mi pareja este fin de semana”, que decir, “necesito estar con mi pareja este fin de semana”?
Relacionarnos desde la necesidad, implica exigencia y miedo. Es como si eso que deseamos tuviera que ocurrir a toda costa. La consecuencia es la incapacidad de renunciar, es el sufrir constantemente si no se da aquello que necesitas.
Imagina que esta necesidad fuera una cebolla. Ve quitando capa a capa hasta quedarte en el centro, ¿qué es lo que queda? El miedo. Miedo que te invade y que se convierte en el gran protagonista de la dependencia. Miedo a sentirte solo/a, miedo a no ver en tu pareja esas “mismas ganas” que tú, miedo a que tu pareja encuentre otras formas de ocio que no sean contigo, en definitiva, miedo a que esa fuente de placer/seguridad se pierda.
Entonces ¿qué es lo sano?
Aprender a diferenciar el deseo de estar con tu pareja o incluso sentir miedo en algunas circunstancias, frente a la adicción, es fundamental para tener una dinámica sana en tu relación.
Los pilares para un vínculo seguro son la independencia, la no posesividad y la no adicción.
La independencia.
Tiene que ver con la autoestima ya que si sientes que tienes la capacidad de gestionar tu propia vida por ti mismo/a no necesitarás de manera imperiosa a otra persona para conseguir tus metas o desarrollarte. Es rellenar esa carencia contigo mismo primero.
La no posesividad.
Es la tranquilidad de saber que nadie te pertenece y viceversa, sin embargo, lo contrario implica vivir con el miedo a la constante incertidumbre de ver si esa persona se va o se queda.
La no adicción.
Es aquel acto de amor propio en el que eliminamos posibles sesgos o autoengaños sobre nosotros/as y nuestra pareja ajustando las expectativas con la realidad para no engancharnos de forma impulsiva e irracional que responden a necesidades no cubiertas del pasado.
Es decir, con amor, confianza, respeto y aceptación, podremos tener una relación de pareja en la que crecer individualmente, y con el otro.
¿Cómo lo soluciono?
Si sientes que te ocurre esto con tu pareja o con familiares y amigos/as, y quieres cambiar la dinámica, en Quiero Psicología podemos ayudarte. Trabajaremos sobre tu presente para cambiar las distorsiones y te daremos estrategias eficaces para actuar con la situación, pero, por otro lado, iremos al origen para erradicar esa carencia que ahora te hace necesitar a otra persona.
Sobre todo, no tengas vergüenza de pedir ayuda, nosotras tratamos a la persona, no juzgamos los síntomas nunca. Contacta aquí.
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