¿Por qué no salgo del armario?
En una sociedad donde impera “la presunción de heterosexualidad”, o lo que es lo mismo, esperar que si eres chico te van a gustar las chicas y si eres chica te van a gustar los chicos, puede generarte un conflicto el asumir que a ti te puede atraer alguien de tu mismo género.
Muchas personas viven en el armario durante tiempo indefinido, preocupadas por el qué dirán.
Viviendo una mentira, de cara a la galería, encajando en lo que se espera de ellos.
La vida dentro del armario es una tortura.
¿Cómo descubrirme a mi mismo/a?
Redescubrirte es aproximarse a ti mismo, a ti misma.
Es estar más cerca de conectar con tus necesidades reales.
Metafóricamente imagina que eres una cebolla.
Cada vez que te redescubres, te quitas una capa y otra capa, hasta llegar a lo que te mueve y te impulsa de verdad.
Estas capas son tan opacas y tan pesadas que solapan tus deseos.
Las capas son tan impuestas, que no te permiten someterlas a juicio y desarrollar un pensamiento crítico.
Las capas vienen de aquellos que más te quieren por lo que las asumes como parte de ti.
Pueden ser comentarios de tu familia como: “María, ¿ya tienes novio?”, “con lo guapo que eres, seguro que tienes a todas las chicas detrás”, “¿cómo que lo has dejado con Carlos, Irene? Hacíais una pareja estupenda”.
También pueden ser mitos familiares y culturales: “el ideal de vida de una mujer es casarse con un hombre y tener hijos”, “un hombre tiene que ser protector y encargarse económicamente de su familia”.
Precisamente porque son impuestas, no tienes la obligación de identificarte con ellas ni de cumplirlas punto por punto.
¿Cómo averiguar qué necesitas?
Detectar, cuestionar y romper con todo esto que llevas asumiendo consciente o inconscientemente durante toda tu vida no es tarea fácil.
La primera batalla consiste en aceptar lo que está pasando.
¿Sueles cuestionarte lo que piensas, lo que sientes o lo que haces?
¿Te planteas si realmente te gusta o lo que sucede es que estás confundido/a?
¿Sientes que una amiga te atrae, pero no te lo reconoces y dudas de ti?
¿Cuando piensas que te puedes gustar alguien de tu mismo género, te avergüenzas?
El primer paso es aceptar lo que estás sintiendo y lo que está pasando.
Para poder hacerlo, es muy importante que detectes cuáles son tus capas y qué es lo que está detrás de eso realmente, teniendo en cuenta que tienes derecho a sentir lo que sientes.
Sea lo que sea.
Una vez que has aceptado como parte de ti esos sentimientos y te identificas con ellos, viene la segunda batalla:
Reafirmarte en lo que eres de cara a los demás.
¿Siendo mujer, te gustaría contarle a tu familia que tienes una relación con una chica?
¿Siendo hombre, te da miedo que tus amigos te rechacen porque ahora estés con un chico?
¿Qué puedes hacer?
1. Tienes derecho a sentir lo que sientes y a ser cómo eres.
Tú eres el único, la única que puede ocuparse de ti, de escuchar y atender tus necesidades, y tienes derecho a hacerlo.
Eres la única persona responsable de tu vida, y es contigo con quien vas a pasar el resto del tiempo.
Es contigo con quien tienes que sentirte cómodo o cómoda.
Como decía Mecano: «lo que opinen los demás está de más».
2. Es importante que sepas que la respuesta de los demás está fuera de tu control.
A veces esa respuesta puede no ser la más apropiada porque los demás tienen prejuicios, inseguridades e ideas irracionales.
Aunque esa respuesta te pueda hacer daño, tienes que tener claro que forma parte de los demás, no es algo que tú puedas cambiar.
3. Si alguien decide no acompañarte durante este proceso de tu vida o te rechaza, quizá no sea una persona que merezca la pena tener al lado.
Cuando tomamos decisiones drásticas sobre la forma en que vivimos o sobre lo que hacemos, esto puede suponer un gran descubrimiento.
Un descubrimiento para ti mismo/a cuando haces las cosas que realmente quieres hacer, las que te representan y con las que te identificas.
También un descubrimiento en relación con tu entorno: habrá gente que se alegre por ti y contigo.
Habrá otros que no entiendan lo que está sucediendo pero lo acepten.
Otros ni lo entenderán ni lo aceptarán.
Cualquiera de las opciones es válida para quien elige tomarla.
Es aquello de «quien me quiere, que me siga».
Lo importante es que tu proceso es tuyo y de nadie más.
No puedes vivir tu vida dependiendo de lo que los demás opinen, de lo cómodos que se sientan.
Tu vida es tuya y sólo tienes una.
De lo que se trata es de estar cómodo con quién eres y con lo que haces.
Desde Quiero Psicología entendemos que el proceso de aceptación puede dejar heridos por el camino, ya sea a nosotros mismos o a los de nuestro alrededor.
Si sientes que estás lidiando alguna batalla y necesitas una mano extra, ponte en contacto con nosotras, estaremos encantadas de acompañarte durante este proceso.
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