¿Qué es un trauma complejo?

¿Qué es el trauma complejo?

Nos referimos al Trastorno de Estrés postraumático Complejo (TEPT-C), también llamado Trastorno por Estrés extremo no especificado (DESNOS), que es un trastorno que surge tras observar una sintomatología añadida en casos “a priori” con un diagnóstico de Trastorno de Estrés postraumático (TEPT). Como recoge la guía diagnóstica CIE-11, se trata de un trastorno que puede desarrollarse después de la exposición a un evento o una serie de eventos de naturaleza extremadamente amenazadora u horrible, prolongados en el tiempo o repetitivos, incontrolables.

Es decir que la diferencia con el Trastorno de estrés postraumático se daría en la repetición o recurrencia del suceso traumático como, por ejemplo, tortura, esclavitud, violencia doméstica prolongada, abuso sexual o físico repetido en la infancia.

Este trastorno se puede dar en adultos o en niños o adolescentes, ya que la exposición a estos eventos se da en edades tempranas, el desarrollo del niño a nivel emocional (habilidades emociones básicas, la personalidad, el apego) y fisiológico (sensorial y motor) pueden verse afectados.

A parte del patrón de sintomatología típica del TEPT, que consiste en síntomas de reexperimentación, evitación e hiperactivación y vigilancia, este trastorno presenta tres características más específicas, graves y persistentes que son: un autoconcepto negativo, problemas en las relaciones interpersonales y una desregulación afectiva. Todo este perfil supone una gran interferencia y deterioro en los ámbitos social, familiar, educativo, ocupacional y personal de la persona con este trastorno.

Es importante recordar que este diagnóstico debe ser realizado por un profesional de la salud mental, ya que existen finas líneas y matices que distinguen este trastornos de otros, en los que algunos síntomas puedan ser derivados de otra problemática o sumarse.

¿Cuáles son los síntomas de este trastorno?

Cómo ya hemos comentado, la sintomatología del trastorno de estrés postraumático también este presente, pero además tienen unas dificultades añadidas, dado que estas personas han visto su integridad física y psicológica afectada de forma repetida, sacudiendo los cimientos psicológicos que sostienen una salud mental estable. En los adultos, las alteraciones se dan en las siguientes áreas descritas a continuación:

  • Apego: suelen desarrollarse patrones de apego inseguro o desorganizado, que afectan no solo a las relaciones interpersonales, sino que se vuelven evidentes y perjudiciales especialmente en el contexto familiar, como a la hora de tener relaciones de pareja o en la crianza (no pudiendo responder adecuadamente a las necesidades emocionales de los hijos).
  • Autorregulación emocional: hay una gran labilidad emocional con estallidos emocionales (de ira o tristeza), ideación suicida, autolesiones, conductas impulsivas autodestructivas (sexual, consumo de drogas y alcohol…). También suelen tener muchos síntomas de somatización y problemas médicos.
  • Conciencia: amnesia selectiva, revivir las experiencias a través de flashbacks, pensamientos o reviviendo las emociones sentidas), sentirse emocionalmente anestesiados o sufrir de disociación. La disociación puede ir desde la desconexión (la parte emocional y cognitiva se separan), despersonalización (percepción alterada de uno mismo), desrealización (percepción alterada del entorno) o en su forma más extrema, disociación de la identidad (experiencia de tener más de una personalidad dentro de uno).
  • Autoconcepto: tienen una percepción muy negativa de sí mismos, con emociones crónicas de impotencia, indefensión, vergüenza, culpa o estigma, además de sentirse desconectados de las demás personas y del mundo.
  • La percepción del agresor: se pueden preocupar por la relación con éste, idealizarle, atribuirle un poder casi absoluto, sentir una conexión especial con él, buscar su aprobación, adoptar su forma de pensar y valores, e incluso sentir gratitud.
  • Relaciones interpersonales: aislamiento, en parte debido a la desconfianza, ira y agresividad hacia los demás, que se alterna con la búsqueda recurrente de un “salvador” (alguien que restaure la sensación de seguridad). Esto, unido al resto de alteraciones, lleva a una gran dificultad a la hora de entablar y mantener de relaciones íntimas, así como para para autoprotegerse, a pesar de poder tener habilidad sociales.
  • Sistema de creencias y valores: estos eventos traumáticos repetidos rompen con el sistema de creencias adaptativo que tiene una persona, especialmente las ideas sobre uno (“yo soy bueno”), los demás (“la gente es buena”) y sobre el mundo (“el mundo es seguro”, “el mundo es justo”, “el mundo tiene sentido” y “la vida es controlable”), generando sentimientos de abandono, impotencia, desesperanza y desesperación.

En el caso de los niños, la sintomatología se presenta de una forma similar y especialmente en forma de dificultades en el desarrollo de habilidades típicas de la etapa evolutiva (lectoescritura, atencional, ejecutiva…) y trastornos del comportamiento.

¿Se puede solucionar?

La sintomatología del trastorno, así como el deterioro de la persona, pueden poner en un mayor riesgo de volver a ser victima de un abuso físico o sexual, por lo que es importante poder empezar un proceso terapéutico, y en muchos casos, psiquiátrico para poder gestionar la sintomatología.

Aunque los enfoques terapéuticos pueden variar y existen técnicas más específicas para procesar los eventos traumáticos, la mayoría de los estudios están de acuerdo en la importancia de estabilizar y garantizar la seguridad de la persona, antes de después procesar los recuerdos y los sucesos traumáticos, mientras se aprenden y consolidan herramientas, que permitirán integrar todo ello y flexibilizar las creencias que han sido alteradas. No es un proceso terapéutico sencillo, ni corto (ya que todas las personas van a ritmos diferentes y tienen circunstancias diferentes), pero se pueden lograr muchos avances y mejora en la calidad de vida de la persona, reduciendo la sintomatología o su gravedad e intensidad.

Si crees que te encuentras (o alguien cercano a ti) en esa situación, estaremos encantadas desde el equipo de Quiero Psicología, de poder ayudarte.

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