4 tips para entrenar tu fuerza de voluntad
Es posible que alguna vez nos hayamos dicho a nosotras mismas que queremos aprender un nuevo idioma, tener mejores hábitos de sueño, apuntarnos a clases de guitarra, llevar un estilo de vida más saludable, es decir, realizar ejercicio físico varias veces en semana, introducir más verduras y frutas en nuestra dieta, reducir el consumo de alcohol, pero nunca lo conseguimos porque NO TENEMOS FUERZA DE VOLUNTAD, porque un día determinado se nos agotó y no sabemos donde comprarla. Pues tranquilas, porque no está todo perdido, la fuerza de voluntad se crea, se construye y se entrena.
¿Pero que es eso de la fuerza de voluntad?
Etimológicamente, la palabra voluntad proviene del latín y podríamos traducirla como querer o desear, pero no es tan sencillo. Podríamos definirla como la habilidad para resistir las tentaciones a corto plazo, con el objetivo de cumplir metas o propósitos a largo plazo.
¿Qué podemos hacer para entrenarla?
1. En primer lugar, sería recomendable establecer una serie de metas concretas, realistas y alcanzables a corto/medio plazo.
Si pretendemos ser culturistas el mes que viene, probablemente nos frustremos viendo que eso no se alcanza. Nos lo tenemos que poner fácil, empezaremos con objetivos “sencillos” para luego ir subiendo la dificultad. Así en este caso, podemos comprometernos con ir 2 días al gimnasio/salir a caminar/practicar algún deporte y luego ir aumentando la frecuencia y la intensidad (si ese es nuestro objetivo).
2. Planificar que día vamos a hacer lo que nos hemos propuesto, a que hora y durante cuanto tiempo.
El martes y el jueves a las 09.00h voy a ir una hora al gimnasio. Si lo dejamos en manos del destino, nunca nos va a parecer la mejor opción, se está mucho más cómoda en la cama.
3. Evitar lo que nos va a impedir conseguir nuestro objetivo y reforzarnos si lo cumplimos.
Si la noche anterior me voy a dormir muy tarde, salgo de fiesta con mis amigas y me tomo unas copas, nunca dejo preparadas las zapatillas y la ropa deportiva, etc, me va a costar mucho más levantarme para hacer ejercicio que si me voy a dormir a una hora prudencial y dejo listo todo lo necesario la noche anterior.
Si consigo ir martes y jueves al gimnasio, voy a ir al cine a ver esa peli que tanto me gusta, voy a prepararme mi cena favorita o voy a darme un baño relajante.
4. Anotar los beneficios de llevar a cabo nuestro objetivo y anticipar como nos vamos a sentir si lo conseguimos.
Aunque empecemos muy motivadas, es normal que a veces no nos apetezca o prefiramos hacer otras cosas o nos engañemos a nosotras mismas diciéndonos que por un día no pasa nada, que ya lo haremos mañana, que empezamos el lunes… Por eso nos puede venir muy bien anticipar los beneficios de la consecución de nuestro objetivo.
Me había propuesto hacer ejercicio, pero hoy es un día frío y lluvioso de otoño y me apetece mucho más quedarme en el sofá con la mantita viendo netflix. Sin embargo, sé que lo más costoso es ponerme en marcha y que una vez que esté en el gimnasio voy a sentirme súper bien porque estoy mejorando mi resistencia y mi forma física, me siento más ágil y además por la noche voy a dormir mucho mejor, por lo tanto me voy a sentir orgullosa de mi misma.
En definitiva, no hay una receta universal para mejorar nuestra fuerza de voluntad, a cada una le funcionan unas cosas, pero tenemos control sobre eso y por lo tanto podemos trabajarla.
Estas son solo algunas recomendaciones, pero si no sabes cuales son tus objetivos o como empezar, desde Quiero psicología podemos ayudarte.
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