Consejos para cerrar tu duelo
Si parece que nunca superas el duelo de alguien que perdiste, te damos una serie de consejos para ayudarte con el cierre.
¿Cómo sé que no he cerrado un duelo?
Las señales de que un duelo no está cerrado son claras:
– Pensar en esa persona te despierta un montón de emociones, con una intensidad muy elevada.
– Estas emociones pueden ser sólo de tristeza muy intensa o puede haber otro tipo de emociones como culpa, rabia, etc. Estas últimas indican no sólo que el duelo no está cerrado sino que hay pensamientos erróneos que no se han superado y que te atormentan.
– Ha pasado mucho tiempo y sigue siendo igual de intenso. Al principio es normal tener emociones muy intensas que con el tiempo se transforman en un sentimiento de aceptación (aunque siga existiendo la pérdida y la añoranza por no tener a esa persona, eso siempre es normal).
– Sigues trayendo a esa persona a la mente una y otra vez, de forma demasiado frecuente.
No te engañes, los duelos superados no causan esto. Se puede sentir añoranza, un poco de tristeza o amor, o recordar a la persona de vez en cuando, pero no emociones intensas que no se corresponden con el tiempo presente.
¿Por qué puede pasar esto?
En un duelo donde aún sigas sintiendo una tristeza exagerada, un llanto incontrolable cuando hables o recuerdes a la persona que perdiste (a pesar del tiempo que pasó) lo que sucede es que esa persona te aportaba algo que aún no te has dado a ti mismo y por ello no puedes renunciar a ella. Por ejemplo: tu abuela era la que más te animaba, la que te daba importancia, la que te decía que tú podías hacer de todo. Y tú, a día de hoy, no sólo no te dices nada de eso sino que te machacas a ti mismo. Por eso no puedes despedirte de tu abuela, porque ella te hacía sentir una calidez y un amor que a día de hoy no has sabido interiorizar y sentir por ti mismo.
También puede suceder que la muerte haya sido compleja y se haya mezclado con otros sentimientos hacia la persona que ha fallecido, como rabia por irse pronto, por tratarme mal, o culpa porque si yo hubiera hecho esto y aquello lo mismo seguiría vivo… En este caso más que el ritual que te propongo, te recomiendo acudir a terapia para reconstruir el duelo y perdonarte o perdonar a la persona que se fue porque estás en un terreno complejo.
¿Cómo me despido y cierro mi dolor?
El ritual es tan sencillo como escribir una carta, una carta especial porque tiene que cumplir varios requisitos:
Dirígete a esa persona
Sé que te costará muchísimo porque al pronunciar su nombre te darán ganas de llorar, pero es importante que te despidas de ella, que le digas lo que sientes y sentiste.
Dile todo lo que te aportó
Haz una lista de todas las cosas que tienes que agradecerle, todo lo que bueno que suponía en tu vida y todo lo que aprendiste: que te enseñó a luchar por lo que querías o que te encantaba la forma en que te cuidaba….
Dile lo que no te gustó
Parece que siempre cuando una persona fallece se transforma en un ángel que no rompió un plato. Esto no es verdad. Seguro que tuvo cosas buenas y cosas malas, que hacía cosas que no te gustaban o que te hicieron daño. Es importante mencionar estas también y expresar el perdón. Aceptar que él o ella eran así.
Expresar lo que aprendiste de todo esto
Integrar lo que tú quieres hacer tuyo de esa persona, hacer que la huella que te dejó nunca se pierda es la mejor manera de honrar su muerte. En esta parte es importante decir lo que sacas de tu experiencia con él / ella y marcarte incluso objetivos de cosas que quieres hacer tuyas. Por ejemplo: tú me hacías sentir que valía mucho y que podía con todo y ahora quiero hacer eso yo en mi vida, o gracias a tu cabezonería aprendí que no quería ser así o educar a mis hijos así y te lo agradezco….
Gracias y adiós
Y por último la despedida final, donde aceptas, perdonas y te marcas objetivos para ti. Esta despedida no supone que ya no puedas recordar a la persona y que no puedas seguir integrando cosas de ella, sólo supone que ya no te sentirás fatal. No tengas miedo a decir adiós.
Otros aspectos del ritual
Después de escribir esta carta puedes leerla en voz alta y enterrarla, o ir a la tumba de la persona querida y leérsela, o leerla con alguien querido que te arrope, los detalles de cómo hagas esta despedida te los dejamos a ti, no hay una ley sobre esto.
Y si te ves incapaz de hacer este trabajo o hay sentimientos muy complicados o intensos en todo tu duelo, llámanos, somos especialistas en duelos y traumas y sabremos ayudarte con las mejores herramientas. Contacta aquí.
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