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Comunicación en pareja: hábitos saludables que podrías instaurar en tu pareja.

¿Por qué es importante la comunicación en una pareja?

Una buena comunicación es importante en cualquier relación, ya sea laboral, familiar o afectivo-sexual, pero es más fácil que surjan más emociones o complicaciones en este último área, ya que suelen ser relaciones que se convierten en una gran parte de nuestra vida (todavía más si convivimos con esa persona o tenemos responsabilidades en común como hijos, animales, hipotecas, etc.)

No importa el punto temporal de la relación (os estéis conociendo o ya llevéis un tiempo) o el tipo de relación (monógama, poliamorosa, etc.) en el que te encuentres, la comunicación abre un canal entre dos personas que permite ajustar expectativas, resolver desacuerdos y construir una base sólida para la relación. En especial, si estás empezado, sentar un buen precedente de comunicación ayuda a que el resto de la relación se gestione de la mejor manera posible, y minimiza malentendidos; y si estás en una relación poliamorosa, la comunicación es esencial para manejar las emociones y circunstancias tan complejas, al haber más personas involucradas.

Una mala comunicación puede fomentar:

  • Malentendidos, estresores y situaciones más complejas
  • Sentimientos de estrés, confusión, decepción o frustración, que pueden ser muy intensos y recurrentes, ya que es fácil que se magnifiquen con cada pequeña situación desagradable que pueda darse de forma natural, al adoptar una posición defensiva.
  • Sentimientos de incomprensión, soledad o baja autoestima, que interfieran con otras áreas (trabajo, vida social…), aumenten la sensación de indefensión, desesperanza e incapacidad de cara a resolver problemas en todas las áreas y disminuyan la expresión de emociones, deseos y opiniones propios.
  • Sentimientos de ira, rechazo, desconfianza, que favorecen las dudas sobre la relación, intolerancia al malestar del otro y actitudes defensivas.
  • Una distancia emocional y física, debido a los eventos y emociones anteriores, que hacen menos atractivo el tiempo, proyectos y entorno que en común con la pareja. A su vez, esto retroalimenta esas emociones desagradables y dificulta que se pueda reparar o mejorar la comunicación, y puede llevar a una independencia total (vidas paralelas).

Obstáculos en la buena comunicación

Tener una conversación en la que la comunicación sea clara y sincera es más complicado de lo que parece, y especialmente si se tratan de temas delicados o que nos tocan emocionalmente. A continuación, os dejamos algunas situaciones o conductas que dificultan la comunicación:

  • Objetivos contradictorios, ver a la otra persona como un enemigo o rival, y momentos o lugares inadecuados
  • Cambiar de contenido constantemente o hablar de forma vaga y ambigua, el alejamiento temporal (hablar en exceso del pasado o de un futuro hipotético), o la expresión desconectada (mencionar ejemplos irrelevantes o situaciones hipotéticas),
  • Un escaso lenguaje positivo o excesivo lenguaje negativo sobre o hacia el otro
  • Una comunicación de una de las personas excesiva o escasa (en el discurso y en la velocidad de respuesta), ignorar, no escuchar o interrumpir a la otra persona
  • Excesivas generalizaciones y afirmaciones radicales (como todo o nada)
  • Interpretaciones erróneas (asumir que sabes cómo el otro se siente o piensa, o al revés)
  • Estados emocionales muy intensos.
  • El uso de sarcasmo o ironías para ridiculizar a la otra persona,
  • Insultos, acusaciones o amenazas, y responder a quejas con otras quejas.

Algunos consejos saludables para mejorar la comunicación

  • Elige bien el momento y lugar para hablar, centraros en el tema elegido, con información tan específica como puedas, y en el marco temporal que le pertenece (si es presente, no ir al pasado o futuro).
  • Para la conversación cuando los estados emocionales sean muy intensos (se va a hablar del tema, pero no es muy adecuado hacerlo con mucha ira, ansiedad…).
  • Escucha activa y empatía: como si fueran a hacerte un examen de comprensión, asiente, asimila, empatiza y busca ponerte en el lugar de la otra persona. Intenta turnaros para hablar, para no interrumpir.
  • Acepta críticas y haz peticiones: Sois un equipo frente a una situación, tu pareja no es tu rival, por lo que no estás “perdiendo” al llegar a un acuerdo o aceptar parcialmente las críticas (no somos perfectos y no hay nada malo en admitirlo).
  • Expresa tus deseos y necesidades: tu pareja puede conocerte muy bien, pero no te lee la mente, es importante ser claro y sincero con lo que uno quiere o necesita (y al revés, poder preguntar). Si no lo tienes claro, puedes decirlo o pedir tiempo para averiguarlo.
  • Habla desde tus sentimientos (frases “YO me siento” “ME gustaría”) y haciendo referencia a situaciones o conductas específicas, por ejemplo, decir “cuando dices que quieres hacer eso, no me siento valorado” en vez de “eres un egoísta por exigirme esto”. Intenta no atacar ni acusar, ni asignar etiquetas, ni “deberías”, ni generalizaciones (“siempre”, “nunca”)

Intenta equilibrar las conversaciones más complicadas, hablando de aspectos positivos de la relación o de la persona, así como con momentos agradables.

Y si no puedes seguir estos consejos o te resulta muy difícil ya sabes que en Quiero Psicología podemos ayudarte.

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