Operación bikini: frustración asegurada
Se acerca el verano y ya muchos se encuentran en la famosa operación “bikini”. Lo que podría ser un objetivo (como cualquier otra meta que podamos marcarnos), acaba derivando muchas veces en conductas desadaptativas y hábitos poco saludables como: dietas restrictivas y culpa al comer, ejercicio desmesurado, o expectativas poco realistas. No te preocupes…
Te damos 6 tips para rebajar tu nivel de ansiedad
Identifica si tu meta surge de ti o de tu entorno:
Como presiones sociales y estereotipos del “cuerpo ideal”:
¿Hay un cuerpo ideal para disfrutar de la playa o piscina? ¿Quieres cambiar tu cuerpo o es lo que se supone que se hace ahora?
¿Por qué es una meta ahora y no es un hábito que has querido implantar antes? Si tienes dudas al respecto, intenta limitar tu uso de redes sociales, especialmente con perfiles que normalicen este tipo de conductas desadaptativas, o al menos intenta seguir perfiles educativos y sanos. Por ejemplo, perfiles que fomenten el movimiento #bodypositive para normalizar todos los cuerpos e identificar estereotipos y mitos sobre la belleza y mensajes sociales de autoexigencia y odio hacia tu propio cuerpo.
Valora las expectativas que puedas tener:
Es cierto que un objetivo específico ayuda a motivarnos durante el camino, pero queremos ser realistas: Si crees que en unos meses puedes conseguir aquellos que en un año no has conseguido, puede que tengas que reajustar las expectativas del cambio esperado: “tal vez no tendré el estómago plano, pero puedo tener algo más hábito de deporte que antes”. ¿Qué es lo que quiero cambiar específicamente? ¿Mis hábitos alimenticios? ¿mi resistencia o nivel de ejercicio? ¿Mi cuerpo? Cuanto más medible y pequeños sea el objetivo mejor, siempre puedes aumentar tu objetivo si lo vas consiguiendo.
Ten en cuenta las resistencias:
Si no lo has hecho anteriormente, puede que sea porque es más complicado de lo que se pueda uno imaginar. Cambiar hábitos no ocurre de la noche a la mañana, sé consciente de los esfuerzos que estás dispuesto a hacer y del coste que tienen. Por ejemplo, puede que quiera adelgazar un par de kilos, pero si no estoy dispuesto a cambiar mi alimentación, ni mi nivel de actividad, ni experimentar emociones desagradables en ese reajuste, puede que esa estrategia no sea la ideal, o al menos de una forma extrema.
Sé compasivo contigo mismo:
Celebra los pequeños logros, si no ves los progresos que quieres, intenta averiguar si se trata de la estrategia que has utilizado (si puede cambiarse en intensidad o cambiar de estrategia por completo). No olvides que recurrir a un profesional, es una estrategia muy útil, especialmente si no se ven progresos. Puedes practicar esa autocompasión y aceptación con meditaciones o audios centrados en la aceptación y/o compasión. También, acepta las emociones como frustración o rabia que puedan surgirte, son señales que pueden ser muy útiles y luchar contra su aparición puede ser mucho más contraproducente.
Respecto a la alimentación:
Recuerda que no existe una solución mágica para perder peso, especialmente si la intención es no recuperarlo después: las dietas restrictivas pueden funcionar, pero pueden tener un gran impacto negativo en nuestra salud y ser poco efectivas a largo plazo. Intenta buscar una nutrición equilibrada o intuitiva: sigue perfiles de profesionales habilitados que promocionen ese tipo de alimentación o busca la ayuda de un profesional (nutricionistas, endocrinos…) que pueda conocer tus circunstancias específicas para aconsejarte mejor. Puedes probar comer con atención plena, para poder pausar la ingesta y ser más consciente de tus sensaciones físicas y sabor de la comida. No queremos obsesionarnos con la alimentación, solo aprender a alimentarnos con cariño y equilibro. Si crees que eso ya está pasando (cuentas calorías, realizas conductas de forma extrema para compensar, te privas de comer, etc.), es importante que busques ayuda profesional para trabajarlo.
Si estás intentándolo y experimentas alguna de estos síntomas, o simplemente crees que necesitas apoyo profesional para manejar todas aquellas emociones que se asocian a la ambigua “operación bikini”, desde el equipo de Quiero Psicología, estaremos encantados de ayudarte.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!