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La tiranía del cuerpo perfecto: autoestima corporal, mujeres, disidencias y redes sociales en verano

Llega el verano y con él el calor, las vacaciones… y la presión estética. Para muchas mujeres y personas disidentes, esta época no solo supone un cambio de ropa, sino también una mayor exposición al juicio externo. En redes sociales, en la calle, en la playa: los cuerpos son observados, comentados y comparados.

Y mientras se nos vende libertad, en realidad se nos impone un estándar corporal tan estrecho como asfixiante.

¿Por qué el verano golpea más fuerte?

El verano nos expone. La ropa se acorta, los cuerpos se muestran y las redes se llenan de imágenes que repiten un mismo ideal: delgadez, piel perfecta, cuerpos depilados, vientres planos, músculos tonificados… Este bombardeo afecta especialmente a mujeres, personas trans, gordas, racializadas, neurodivergentes o con discapacidades.

La presión no es solo estética: también es política, social y emocional.

¿Qué tiene que ver la autoestima corporal?

La autoestima corporal no es “quererme mucho todos los días”. Es construir una relación de respeto con el cuerpo, incluso cuando no encaja en lo que el mundo celebra. Para muchas mujeres y disidencias, esa relación se ve dañada por años de mensajes que asocian el valor personal con la apariencia física.

En verano, esto se intensifica: aparece la comparación, el rechazo, el intento de ocultarse o cambiar a contrarreloj. Pero podemos trabajar para desactivar esa tiranía.

Claves prácticas para resistir la presión estética este verano

  • Cuestiona el ideal, no tu cuerpo

El problema no está en tu cuerpo, sino en el modelo que lo invalida.

Pregúntate:

 “¿A quién beneficia que me sienta mal con mi cuerpo?”

Las industrias de las dietas, la moda, las operaciones estéticas o los filtros vive de tu inseguridad. Empieza por hacer consciente ese sistema.

  • Haz limpieza de redes

    Dedica 15 minutos a revisar a quién sigues. Si hay cuentas que te hacen sentir menos, culpa o vergüenza: silencia o deja de seguir.

    Sigue perfiles que muestren cuerpos diversos, mensajes feministas o enfoques de salud desde el autocuidado y la inclusión.

    • Vístete para el placer, no para encajar

    ¿Te incomoda usar ciertas prendas? No te obligues, pero tampoco renuncies si lo que te frena es el miedo al juicio.

    Tarea: haz el ejercicio de ponerte esa ropa en casa, frente al espejo, y conecta con cómo se siente en tu cuerpo más allá de cómo se ve.

    • Redefine el autocuidado

    El autocuidado no es “mejorar mi cuerpo para el verano”, sino tratarlo con respeto: dormir, alimentarte con cariño, descansar, moverte de forma placentera, poner límites.

    Pregúntate cada día: “¿Qué necesita hoy mi cuerpo para sentirse bien?”

    • Practica el diálogo compasivo

    En lugar de criticar tu reflejo, habla como lo harías a una persona que quieres.

     “Hoy no me siento bien en mi piel… pero mi cuerpo no tiene la culpa.”

    Hazlo en voz alta si puedes. La autocompasión es una habilidad entrenable y poderosa.

    • Reúnete con cuerpos reales

    Rodéate de personas que no se reduzcan a su apariencia. Habla del tema, comparte inseguridades, desactiva el tabú.

    La vergüenza se alimenta del silencio. En comunidad se diluye.

    Cuerpo libre, cuerpo presente

    No necesitas un “cuerpo de verano”. Ya lo tienes. Cada cuerpo que habita este mundo merece respeto, espacio y placer, sin condiciones.

    Este verano, en lugar de cambiar tu cuerpo, cambia el marco: deja de pensar que debes encajar, y empieza a preguntarte cómo cuidarte sin violencia estética.

    Si tu insatisfacción corporal te limita en tu día a día, en Quiero Psicología podemos ayudarte.

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