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Síntomas del Abuso Sexual Infantil (ASI)

El ASI es profundamente traumático y afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. Este tipo de abuso presenta sintomatología psicológica, física y conductual aguda y a medio-largo plazo. A continuación, se exponen los principales síntomas asociados al ASI, cómo se manifiestan en diferentes edades y qué hacer ante la sospecha de abuso.

Síntomatología psicológica

  • Ansiedad y miedo: lxs niñxs que han sido abusados sexualmente suelen vivir con un miedo constante. Este miedo puede estar dirigido hacia el abusador o hacia situaciones que les recuerden el abuso. También pueden desarrollar fobias o ansiedad generalizada, incluyendo temor excesivo a la oscuridad, a quedarse solxs o a ciertas personas.
  • Depresión y tristeza persistente: el abuso sexual infantil a menudo provoca sentimientos intensos de tristeza, desesperanza y vacío. Algunxs niñxs pueden presentar síntomas de depresión, como pérdida de interés en actividades que solían disfrutar, irritabilidad o irascibilidad, cambios en el apetito, enuresis nocturna o problemas de sueño.
  • Baja autoestima y culpa: muchxs niñxs internalizan el abuso creyendo que es culpa suya o que de alguna manera lo merecen. Esto puede llevar a un deterioro de la autoestima, sentimientos de vergüenza tóxica y una percepción negativa de sí mismxs.
  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): el ASI puede desencadenar síntomas de TEPT, como:
    • Flashbacks o recuerdos intrusivos del abuso.
    • Pesadillas recurrentes.
    • Evitación de personas, lugares o situaciones que recuerden el trauma.
    • Hipervigilancia, sobresaltos fáciles y sensación constante de peligro.
    • Trastornos del sueño.

Síntomas conductuales

El comportamiento puede ser una ventana hacia su mundo emocional. Los síntomas conductuales asociados al ASI incluyen:

  • Regresión en el desarrollo: niñxs pequeñxs pueden regresar a comportamientos más propios de edades anteriores, como mojar la cama, chuparse el dedo o aferrarse excesivamente a lxs cuidadorxs.
  • Cambios drásticos en el comportamiento.
  • Agresividad inusual o comportamiento desafiante.
  • Aislamiento social o pérdida de interés en interactuar con amigxs o familiares.
  • Aparición de conductas sexualizadas inapropiadas para su edad como lenguaje sexual explícito, juegos sexuales con otrxs niñxs o curiosidad extrema por temas sexuales.
  • Conductas autodestructivas: en niñxs mayores o adolescentes, el abuso puede conllevar:
    • Autolesiones como cortarse o quemarse.
    • Abuso de sustancias como alcohol o drogas.
    • Comportamientos temerarios o de riesgo, incluyendo actividades sexuales inadecuadas.
  • Dificultades escolares: disminución en el rendimiento académico, problemas de concentración, evitación de la escuela o aumento en las ausencias injustificadas.

Sintomatología física

Aunque los síntomas psicológicos y conductuales son más comunes, algunos signos físicos pueden ser indicativos de abuso sexual:

  • Dolor, irritación o lesiones en el área genital.
  • Infecciones de transmisión sexual (ITS) en niñxs.
  • Dolor inexplicable en el abdomen o en otras partes del cuerpo.
  • Alteraciones en el sueño, como insomnio o pesadillas frecuentes.
  • Alteraciones físicas de cualquier índole sin etiología clara.

Factores que influyen en los síntomas

La forma en que los síntomas se manifiestan puede variar según diversos factores:

  • Edad del niñx: lxs niñxs más pequeñxs pueden mostrar síntomas más conductuales, mientras que los adolescentes pueden expresar el trauma a través de conductas autodestructivas.
  • Duración del abuso: un abuso prolongado tiende a generar síntomas más graves y persistentes.
  • Relación con el abusador: si el abusador es alguien cercano, como un familiar, las secuelas suelen ser más intensas debido a la traición de confianza.
  • Apoyo recibido: lxs niños que cuentan con un sistema de apoyo sólido pueden manejar mejor los síntomas que aquellxs que enfrentan el trauma en aislamiento.

Detectar estas señales es crucial para intervenir de manera temprana y brindar el apoyo necesario a las víctimas.

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