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El perfeccionismo en los Trastornos de la Conducta Alimentaria

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, no se explican únicamente por una preocupación por el peso o la imagen corporal. Cada vez más investigaciones apuntan al perfeccionismo como un rasgo de personalidad profundamente implicado en el desarrollo, mantenimiento y recaída de estos trastornos. Pero, ¿qué significa realmente ser perfeccionista y por qué este rasgo está tan estrechamente relacionado con los TCA?

¿Qué es el perfeccionismo?

El perfeccionismo es una tendencia a fijarse estándares extremadamente altos y rígidos para uno mismo, acompañado de una autocrítica excesiva cuando no se alcanzan esos estándares. Aunque en su forma más adaptativa puede estar vinculado a la motivación y el logro, cuando es desadaptativo se convierte en una fuente de malestar emocional, rigidez cognitiva y baja autoestima.

Perfeccionismo y TCA: ¿Cuál es la conexión?

Varios estudios han identificado al perfeccionismo como un factor de vulnerabilidad para el desarrollo de un TCA. Este rasgo se manifiesta en distintos niveles del trastorno:

  1. Como factor predisponente. Muchos individuos con TCA reportan haber tenido rasgos perfeccionistas desde la infancia. Esta tendencia puede surgir en contextos familiares exigentes o críticos, donde el afecto y el reconocimiento están condicionados al rendimiento o a la obediencia. En estos casos, la persona desarrolla una autoimagen dependiente del éxito y del control, aspectos que se trasladan luego a la alimentación y la imagen corporal.
  2. Como factor precipitante. Durante momentos de transición vital (pubertad, cambios sociales, estrés académico), el perfeccionismo puede centrarse en el cuerpo como objeto de control. La dieta extrema o la pérdida de peso se convierten en una forma de demostrar autocontrol, competencia y “valía”, en un intento de alcanzar ideales irreales de belleza y éxito.
  3. Como factor de mantenimiento. El perfeccionismo también perpetúa el trastorno al reforzar ciclos de autoexigencia y culpa. Las reglas alimentarias rígidas, la comparación constante con otros, y la interpretación dicotómica del comportamiento (“he comido perfecto o he fracasado”) dificultan la flexibilidad necesaria para la recuperación. Incluso cuando se alcanza un peso ideal o se cumple una meta dietética, nunca es suficiente: la meta se reajusta, manteniendo el ciclo activo.
  4. Relación con la baja autoestima. El perfeccionismo en TCA suele estar vinculado a una autoestima frágil y condicionada. La autoaceptación depende de lograr estándares difíciles de cumplir. Cualquier desviación de estos ideales alimenta el sentimiento de desprecio, intensifica la sintomatología y refuerza la necesidad de control.

Tratamiento psicológico: abordando el perfeccionismo

La terapia cognitivo-conductual (TCC) y enfoques como la Terapia Basada en la Compasión o la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) integran estrategias específicas para trabajar el perfeccionismo. Entre ellas se encuentran:

  • Identificación y flexibilización de creencias perfeccionistas.
  • Desarrollo de una autoimagen más compasiva.
  • Exposición a errores o imperfecciones sin recurrir a conductas compensatorias.
  • Fomento de valores más amplios que no dependan del control corporal o el rendimiento.

Conclusión

El perfeccionismo no solo es un síntoma paralelo en los TCA, sino que muchas veces es un eje estructural del trastorno. Comprenderlo como una forma rígida y dolorosa de buscar aprobación, control o seguridad emocional, permite humanizar aún más el sufrimiento de quienes lo padecen. Para una recuperación profunda, no basta con normalizar la conducta alimentaria: es necesario transformar las creencias perfeccionistas que sostienen el malestar interno.

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Bullying por homofobia

El bullying por homofobia es una experiencia profundamente dañina que deja cicatrices emocionales a largo plazo. No se trata solo de burlas o agresiones físicas; es una forma de violencia sostenida que ataca la identidad misma de la persona, afectando su autoestima y autoimagen incluso en la adultez.

¿Por qué es un trauma complejo?

Hablamos de trauma complejo cuando una persona sufre abuso o violencia de manera continuada, especialmente en etapas de desarrollo como la infancia y adolescencia. En el caso del bullying por homofobia, el daño es muy profundo porque:

  • Ataca la identidad: No es solo rechazo por una acción o característica, sino por el ser mismo de la persona.
  • Aísla y silencia: Muchas víctimas sienten que no pueden pedir ayuda por miedo al juicio social o familiar.
  • Refuerza la vergüenza y el miedo: La violencia sistemática hace que la persona internalice mensajes negativos sobre su orientación sexual.

Impacto en la autoestima y autoimagen en la adultez

Las heridas emocionales del bullying por homofobia pueden manifestarse de diversas formas en la adultez, incluyendo:

  • Autoconcepto deteriorado: La persona puede desarrollar una percepción negativa de sí misma, sintiéndose inadecuada o defectuosa.
  • Miedo al rechazo: Puede haber dificultades para establecer relaciones afectivas por temor a ser lastimadx nuevamente.
  • Hipervigilancia y ansiedad: La constante exposición a la violencia en la infancia puede generar inseguridad y miedo en entornos sociales.
  • Autocensura o disociación: Algunas personas reprimen aspectos de su identidad para evitar confrontaciones, lo que puede generar depresión y falta de autenticidad.

Sanar es posible

El primer paso para sanar es reconocer que el dolor no es culpa de quien lo sufrió. La terapia psicológica, el apoyo de comunidades LGBTQ+ y la construcción de espacios seguros pueden ayudar a reconstruir la autoestima y vivir con autenticidad.

El bullying por homofobia es una herida profunda, pero, con el tiempo, acompañamiento y resiliencia, es posible recuperar la confianza y el amor propio. Nadie debería sentir vergüenza por ser quien es. 

TLP

Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) y relaciones de pareja

El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es una condición mental compleja que afecta las emociones, las relaciones interpersonales y el comportamiento. Si sospechas que tu pareja podría tener TLP, es importante reconocer los signos comunes de este trastorno para comprender mejor su comportamiento y cómo puede influir en la relación. Sin embargo, solo una persona profesional de la salud mental puede realizar un diagnóstico definitivo.

A continuación, te compartimos algunas señales clave que podrían indicar que tu pareja tiene TLP.

Situaciones habituales si tu pareja tiene TLP

  • Inestabilidad emocional: Las personas con TLP suelen experimentar cambios rápidos y extremos de humor, pasando de sentirse muy felices a muy tristes o enojadas en poco tiempo. Esta inestabilidad emocional puede ser desconcertante y difícil de gestionar en una relación.
  • Relaciones intensas y conflictivas: Es común que las personas con TLP tengan relaciones intensas y, a menudo, inestables. Pueden idealizar a su pareja al principio, viéndola como la persona perfecta, solo para luego devaluarla y rechazarla por pequeños errores o malentendidos.
  • Miedo al abandono: El temor al abandono es un aspecto central en el TLP. Quienes lo experimentan pueden reaccionar de manera intensa ante situaciones que perciben como un posible rechazo o separación, incluso cuando no existe una amenaza real.
  • Comportamientos impulsivos y autodestructivos: Las personas con TLP pueden involucrarse en conductas impulsivas y riesgosas, como el abuso de sustancias, el gasto excesivo, la promiscuidad o las autolesiones, especialmente cuando se sienten abrumadas por sus emociones.
  • Sentimientos de vacío crónico: Muchas personas con TLP reportan una sensación constante de vacío, lo que puede llevarlas a buscar estímulos o conductas que les ayuden a llenar ese vacío emocional.
  • Problemas con la identidad: Es común que las personas con TLP tengan una identidad inestable, cambiando de intereses, valores o metas rápidamente. Esto puede hacer que sus comportamientos y decisiones parezcan erráticos o contradictorios.
  • Reacciones extremas al estrés: La baja tolerancia a la frustración puede hacer que las personas con TLP reaccionen de manera desproporcionada ante eventos cotidianos, lo que puede generar conflictos en la relación.

Si notas varios de estos signos en tu pareja, es posible que tenga TLP. En este caso, es fundamental buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico adecuado y explorar opciones de tratamiento, como la terapia dialéctico-conductual (TDC), que ha demostrado ser eficaz para quienes viven con este trastorno.

El impacto del TLP en la pareja

El TLP no solo afecta a quien lo experimenta, sino que también tiene un impacto profundo en quienes le rodean, especialmente en sus relaciones afectivas. Si estás en pareja con alguien que tiene TLP, es importante comprender cómo este trastorno puede influir en tu bienestar emocional y mental.

Efectos que podrías experimentar

  • Altibajos emocionales constantes: las personas con TLP suelen experimentar cambios emocionales intensos y rápidos, lo que puede generar un ambiente impredecible en la relación. Un día todo puede parecer estar bien, y al siguiente, todo puede cambiar sin previo aviso, creando una sensación de tensión constante. Estos altibajos emocionales pueden generar estrés y ansiedad en su pareja, ya que muchas veces sienten que deben estar en constante alerta para manejar las emociones cambiantes de la otra persona, lo cual puede resultar agotador.
  • Inseguridad y agotamiento emocional: el miedo al abandono es un síntoma central del TLP. Quienes lo padecen pueden temer constantemente que su pareja les deje, lo que puede llevarles a buscar atención excesiva o a comportamientos de dependencia. En algunos casos, este miedo puede derivar en conductas desesperadas para evitar el abandono, lo que genera desgaste emocional en la pareja. Si tu pareja con TLP muestra estas conductas, podrías empezar a sentir que no importa lo que hagas, nunca es suficiente para satisfacer sus necesidades emocionales. Esto puede hacerte sentir agotade, insegure y culpable, lo que afecta tu bienestar personal y la dinámica de la relación.
  • Confusión por la dinámica de la relación: una característica común del TLP es la alternancia entre idealización y devaluación. Esto significa que tu pareja puede verte como la persona más importante y admirable en un momento, y luego desvalorizarte poco después. Esta oscilación emocional puede dejarte confundide y con dificultades para comprender la relación.
  • Impacto en tu bienestar mental: estar en una relación con alguien que tiene TLP puede afectar tu propia salud mental. Las dificultades para entender sus reacciones emocionales o la sensación de no poder hacer nada para aliviar su sufrimiento pueden generar ansiedad, tristeza y desesperación. Si constantemente debes lidiar con reacciones impulsivas e intensas, podrías sentirte frustrade, confundide y estresade. Con el tiempo, esto puede erosionar tu bienestar y generar sentimientos de impotencia.
  • Comportamientos impulsivos y destructivos: las personas con TLP pueden involucrarse en conductas impulsivas o autodestructivas como una forma de lidiar con sus emociones. Esto puede incluir el abuso de sustancias, gastos excesivos, autolesiones o crisis de furia descontrolada. Si te encuentras en una relación con alguien que exhibe estas conductas, podrías sentir una gran angustia y desesperación, ya que puede ser difícil saber cómo actuar para ayudarle sin poner en riesgo tu propia salud emocional.
  • Dificultad para mantener límites saludables: el TLP puede dificultar la creación y el mantenimiento de límites sanos en la relación. La persona con este trastorno puede ser muy demandante, lo que puede llevarte a priorizar sus necesidades por encima de las tuyas. Esto puede hacer que los límites se vuelvan difusos, lo que a su vez genera resentimientos y agotamiento emocional. Además, quienes tienen TLP pueden interpretar cualquier intento de establecer límites como un rechazo, lo que puede hacerte sentir culpable por cuidar de tu propio espacio emocional.
  • Aislamiento social: las dificultades emocionales y de relación con una pareja que tiene TLP pueden llevarte a aislarte de tu círculo social. La relación podría volverse una prioridad absoluta, descuidando así las amistades y vínculos familiares. En algunos casos, tu pareja puede intentar alejarte de otras personas por celos, inseguridad o miedo al abandono. Este aislamiento puede volverte más vulnerable, al reducir tu red de apoyo emocional.

¿Qué puedes hacer?

Si estás en una relación con alguien que tiene TLP, es fundamental que tomes medidas para cuidar de tu bienestar emocional:

  • Establecer límites claros: es importante que ambas personas comprendan qué es aceptable y qué no en la relación. Los límites saludables evitan que te veas absorbide por las necesidades emocionales de tu pareja.
  • Buscar apoyo emocional: hablar con amigues, familiares o unx terapeuta puede ayudarte a procesar tus emociones y obtener una perspectiva externa. Contar con una red de apoyo es clave para mantener tu bienestar mental.
  • Terapia individual o de pareja: la terapia profesional puede ser beneficiosa tanto para la persona con TLP como para su pareja. Si la relación es difícil, la terapia de pareja o individual puede proporcionar herramientas para manejar la dinámica.

Estar en una relación con alguien que tiene TLP puede ser emocionalmente desafiante. Sin embargo, al establecer límites claros, buscar apoyo y priorizar tu salud emocional, puedes afrontar los desafíos que presenta la relación y proteger tu propio bienestar. Recuerda que tu felicidad y salud también son fundamentales.

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Amor romántico: ¿Qué creencias nos mantienen en relaciones tóxicas?

El amor romántico ha sido idealizado a lo largo de la historia en la literatura, el cine, la música y la cultura popular. Esta idealización ha dado lugar a una serie de mitos que condicionan nuestras expectativas sobre las relaciones, a menudo de manera perjudicial. Si bien el amor puede ser una experiencia profundamente positiva, los mitos asociados con él pueden llevarnos a tolerar y perpetuar relaciones tóxicas. Estos mitos son creencias erróneas que, al sostenerlas, dificultan la construcción de relaciones sanas y satisfactorias.

La media naranja

Uno de los mitos más persistentes es la creencia de que cada persona tiene una «media naranja», es decir, que solo existe una persona ideal para nosotrxs en el mundo. Este mito fomenta la idea de que somos incompletxs hasta que encontramos a nuestra «otra mitad», lo que genera una gran presión para que cualquier relación que se tenga sea la «correcta». Este mito puede llevar a las personas a quedarse en relaciones tóxicas porque temen no encontrar a otra persona que las complete, creyendo que, si dejan a su pareja, podrían perder la oportunidad de estar con su «alma gemela». Esta idea promueve una dependencia emocional poco saludable y refuerza la creencia de que es necesario sacrificar la propia felicidad para mantener la relación.

El amor todo lo puede

El mito de que «el amor todo lo puede» sostiene que, si dos personas se aman lo suficiente, cualquier problema en la relación se puede resolver. Este mito subestima la importancia de la compatibilidad, el respeto mutuo y la necesidad de establecer límites saludables. Muchas personas permanecen en relaciones tóxicas creyendo que el poder del amor eventualmente resolverá los conflictos. Sin embargo, esta creencia puede llevar a tolerar abusos, faltas de respeto y otras dinámicas destructivas. El amor, por sí solo, no es suficiente para mantener una relación saludable; requiere esfuerzo, comunicación efectiva y un entorno de respeto mutuo.

Los celos son una prueba de amor

En muchas culturas, los celos se perciben como una señal de interés y amor. Este mito promueve la idea de que, si tu pareja siente celos, es porque realmente te ama y te valora. Sin embargo, los celos son una manifestación de inseguridad y control, no de amor genuino. Este mito puede justificar comportamientos controladores y posesivos en las relaciones, lo que crea un entorno tóxico. La creencia de que los celos son normales e incluso deseables en una relación puede dificultar que una persona reconozca el abuso emocional o psicológico y salga de una relación dañina.

El amor es sufrimiento

Este mito sostiene que el sufrimiento y el sacrificio son inherentes al amor verdadero. Se nos enseña que, si estamos dispuestxs a soportar dolor y dificultades por el bien de la relación, estamos demostrando lo mucho que nos importa. Frases como «quien bien te quiere te hará llorar» refuerzan esta noción. Este tipo de creencias puede hacer que las personas se sientan obligadas a tolerar maltrato físico o emocional, creyendo que es parte natural de una relación apasionada. En realidad, el sufrimiento no debería ser un componente central del amor, y las relaciones sanas se basan en el respeto, la comprensión y la felicidad compartida.

Amor a primera vista

El amor a primera vista es otro mito popular que sugiere que el amor verdadero ocurre instantáneamente y que hay una atracción mágica e inexplicable entre dos personas desde el primer momento. Aunque es posible sentir una fuerte atracción inicial, el verdadero amor se construye con el tiempo, a través de experiencias compartidas, respeto y comprensión mutua. Creer en el amor a primera vista puede llevar a idealizar a la otra persona, ignorar señales de alerta y precipitarse en relaciones antes de conocer profundamente al otro. Esta idealización puede dificultar el reconocimiento de patrones tóxicos una vez que emergen.

Juntxs para siempre

La idea de que el verdadero amor es para toda la vida, sin importar las circunstancias, es una creencia muy arraigada. Este mito alimenta la presión social de permanecer en una relación a pesar de que esta sea insana o insatisfactoria. El temor al fracaso y a la desaprobación social puede hacer que las personas permanezcan en relaciones que ya no les hacen felices, incluso cuando se enfrentan a comportamientos abusivos. La creencia de que el fin de una relación es un fracaso personal puede impedir que las personas tomen la decisión de poner fin a una relación tóxica, perpetuando el ciclo de malestar emocional.

Los polo opuestos se atraen

Si bien es cierto que las diferencias pueden ser fascinantes en las primeras etapas de una relación, este mito puede llevar a idealizar dinámicas incompatibles. La idea de que las diferencias irreconciliables en valores, personalidad o estilos de vida pueden superarse con amor es una creencia peligrosa. Cuando una persona se aferra a esta creencia, puede ignorar señales de alarma, justificar comportamientos abusivos o destructivos, o invertir una cantidad desproporcionada de energía en cambiar a su pareja, en lugar de aceptar que algunas diferencias no pueden solucionarse de manera saludable.

Todos estos mitos moldean nuestras expectativas sobre las relaciones y, en muchos casos, fomentan actitudes y comportamientos que nos impiden reconocer relaciones tóxicas. Es esencial cuestionar estas creencias y desarrollar una comprensión más realista y saludable del amor. El amor  no es sufrimiento, sacrificio extremo o dependencia emocional; más bien, debe basarse en el respeto mutuo, la comunicación abierta y el crecimiento personal. Solo cuando desmontamos estos mitos podemos abrirnos a la posibilidad de construir relaciones genuinamente saludables y satisfactorias. Y si no sabes por dónde empezar en Quiero Psicología podemos ayudarte.

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¿Has perdido recientemente a una amiga?

Seguro que muchas de nosotras hemos pasado por una ruptura sentimental y sabemos que una ruptura de una pareja puede ser un proceso emocionalmente difícil, una experiencia dolorosa y traumática, independientemente de quién tomó la decisión de terminar la relación. Es normal sentir una amplia gama de emociones durante una ruptura, incluyendo tristeza, ira, confusión, frustración y soledad.

Sin embargo, es cierto que en la sociedad no se habla tanto sobre la pérdida de una amiga como se habla sobre la pérdida de un familiar o de una pareja. Esto puede deberse a varios factores, como la idea de que las amistades no son tan importantes como otras relaciones, la falta de comprensión sobre lo que significa perder una amiga y la idea errónea de que las amistades son más superficiales o menos duraderas que otras relaciones.

No obstante, la pérdida de una amiga puede ser tan significativa y dolorosa como la pérdida de otros tipos de relaciones. Las amistades pueden ser profundas, duraderas y tener un gran impacto en nuestras vidas. Desde otros modelos relacionales, como por ejemplo la anarquía relacional, las amistades son vistas igual de valiosas y significativas, que las relaciones de pareja, en las que se puede encontrar apoyo emocional, compañía, diversión, conexión, intimidad y complicidad.

Es importante hablar sobre este tipo de pérdidas y reconocer su importancia, de esta forma podemos ayudar a las personas a sentirse comprendidas y apoyadas, y también podemos promover una mayor comprensión sobre la importancia de las amistades en nuestra vida. Además, al igual que en otros tipos de duelo, puede haber diferentes etapas o fases, que varían de persona a persona.

  • Negación: En esta etapa, es común que se niegue la pérdida o se tenga dificultades para aceptar que la amistad ha terminado. Puede haber pensamientos como «esto no puede estar sucediendo» o «tal vez las cosas puedan arreglarse».
  • Ira: En esta etapa, puede haber sentimientos de ira o frustración hacia la otra persona, hacia uno mismo o hacia la situación en general. Se pueden tener pensamientos como «¿cómo pudo hacerme esto?» o «esto no es justo».
  • Negociación: En esta etapa, se pueden hacer promesas o compromisos para intentar recuperar la amistad. Se pueden tener pensamientos como «tal vez si cambio algo, podremos volver a ser amigos» o «voy a intentar hablar con él/ella para arreglar las cosas».
  • Depresión: En esta etapa, se pueden experimentar sentimientos de tristeza, soledad o desesperanza. Pueden aparecer pensamientos como «nunca volveré a tener una amistad como esa» o «no puedo creer que haya perdido a mi mejor amigo/a».
  • Aceptación: En esta etapa, se comienza a aceptar la pérdida y se empieza a buscar formas de seguir adelante. Pueden aparecer pensamientos como «tal vez no podemos ser amigos, pero puedo encontrar otras personas con las que conecte» o «voy a enfocarme en otras áreas de mi vida».

Desde Quiero psicología, queremos brindar una serie de recomendaciones que pueden ayudarte si estas atravesando un proceso similar.

  • Permítete sentir tus emociones: Es normal sentir dolor, tristeza y enfado después de perder a un amigo, permítete sentir y procesar tus emociones.
  • Cuida de ti misma y dedícate tiempo: duerme lo suficiente, haz ejercicio y come bien. Dedica tiempo para hacer cosas que te gustan y disfrutar de actividades que te hagan feliz.
  • No te aísles: A veces ante una pérdida, podemos pensar que el mundo es un lugar hostil y que no podemos confiar en nadie, sin embargo, si hacemos esto no dejaremos de reforzar esa idea y no podremos desmontarla.
  • Sé amable contigo misma: Trata de no culparte a ti mismo, a veces hay muchas variables que influyen y sobre todo recuerda que es algo de dos. 
  • Tómate el tiempo que necesitas: No hay un plazo para superar un duelo de amistad. No te sientas presionada para «superarlo» rápidamente.

Sin embargo, si sientes que ya nada tiene sentido, que has descuidado otras áreas de tu vida y que no puedes tu sola, no dudes en buscar ayuda profesional, en Quiero Psicología estaremos encantadas de ayudarte.

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¿Podrá por fin la bisexualidad dejar de ser cuestionada?

Este post podría reflejar las vivencias de cualquier persona lectora. Pero si observamos un poco lo que está pasando en estos últimos años, se observa un cambio entre las generaciones más jóvenes, en cuanto a ofrecer la merecida visibilidad de la bisexualidad.

Pero ¿y esas generaciones más mayores, o aquellas personas que, tras una vida heteronormativa, sale del armario como bisexual?.

Todo un reto, intentando desmontar prejuicios y estigmas.

¿Qué mitos enfrenta una persona bisexual?

Sin entrar en el género de las personas bisexuales, consensuamos que tienen en común que su orientación sexual ha sido frecuentemente cuestionada.

Nos llegan comentarios que intentan negar nuestra orientación como:

“es una fase”

“bueno… pero te gusta más ellos, o ellas»

“lo que pasa es que tienes mucho vicio, y además bastante promiscua/o/e

y esto recibirlo desde la heteronormatividad es doloroso, pero desde dentro del propio colectivo es indignante.

Uno de los prejuicios al que se ven expuestas las personas bisexuales, es que se infiere nuestra orientación sexual dependiendo de quien sea nuestra pareja en ese momento. Teniendo que decidir o no realizar ese activismo para visibilizar la B del colectivo.

Encontramos rechazo cuando nos cuestionan nuestro deseo, entonces eres lesbiana, eres gay, eres hetero… ¡NO!, soy Bisexual, independientemente con quien esté manteniendo una relación sexoafectiva en este momento.

Y no podemos obviar las múltiples discriminaciones, de mano del machismo y la bifobia. Por la que las mujeres somos cosificadas y meros objetos sexuales, además de promiscuas, y en el caso de los hombres, una transgresión a los mandatos de género.

¿Qué puedo hacer para evitar estos prejuicios?

Trabaja tus mitos sobre personas bisexuales:

Uno: por ser bisexual una persona no es más o menos promíscua. Revísate esa idea, y, si tu pareja es una persona bisexual, aún más. Las personas que son infieles son infieles por otros motivos (porque son mentirosas, porque no se han atrevido a dejar a su pareja, porque no quieren enfrentar los problemas en su relación, etc). Que te gusten más géneros no aumenta las probabilidades de una infidelidad.

Dos: relacionada con esta de celos, ningún género es mejor que el otro, si eres pareja de alguien bisexual y ahora está contigo, no le «falta» nada del otro género. Revisa tus ideas patriarcales.

Tres: no es una fase. La persona no tiene porqué definirse hacia un lado o a otro, y no tiene que ser tampoco que es que hayan descubierto ahora que son gays/lesbianas (si a lo mejor han descubierto más tarde que les atraen personas del mismo género) porque es normal, en una sociedad donde la heterosexualidad es obligatoria y se te asume por defecto, que tardes más en darte cuenta de tu atracción hacia el mismo género. Pero no tiene porqué ser excluyente.

Cuatro: no juzgues por quién salga con esa persona, por el aspecto más masculino o femenino que tenga, etc. Es la persona quien te puede decir su orientación, no tienes que asumirla tú. No te bases en clichés.

Como se decía al principio del texto, estos prejuicios se reducen entre las nuevas generaciones, donde tanto la identidad como la orientación, tienden a ser más fluida.

Pero incidimos en aquellas personas que viven su bisexualidad, fuera de la heteronormatividad en la etapa ya adulta. Es necesario que desde la psicología se pueda dar un adecuado acompañamiento y validación a los retos que van a tener que transitar en esta etapa.

Así como a aquellas personas que viven es espacios rurales o urbes pequeñas. Dónde ser visible, ocasiona señalamiento y discriminación.

¿Y la sociedad en conjunto qué puede hacer?

Para resolver esta situación, se ha de pasar por algo que, por no más repetido es menos válido: LA SENSIBILIZACIÓN y la EDUCACIÓN desde todas las etapas, es el motor necesario para el cambio.

A partir de la nueva LEY 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, en su ARTÍCULO 6. Recoge que se “promoverán campañas de sensibilización, divulgación y fomento del respeto a la diversidad en materia de orientación sexual, identidad sexual, expresión de género y características sexuales y a la diversidad familiar, dirigidas a toda la sociedad, y en especial en los ámbitos donde la discriminación afecte a sectores de población más vulnerables”.

Así mismo el ARTÍCULO 10. Que recoge la Estrategia estatal para la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI. Las medidas dirigidas a la información, sensibilización y formación en igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI, prestando especial atención a la sensibilización y prevención de la violencia LGTBIfóbica. Donde prestará especial atención a las discriminaciones múltiples e interseccionales.

Como contribución en esta última parte, recogemos algunas recomendaciones por parte de las personas del colectivo representadas por la FELGTB en para reducir o evitar el borrado bisexual (que es esta invisibilidad de la que venimos hablando):

  • Dar visibilidad y dar a conocer referentes bisexuales.
  • Organización de jornadas y coloquios.
  • Tomar posiciones de representatividad dentro y fuera del colectivo LGTBIQA+
  • Se visibilicen y se difundan los estudios, investigaciones y trabajos donde se aborde la bisexualidad.
  • Pedir de manera explícita, que los medios de comunicación tomen conciencia en el tratamiento de la realidad bisexual.
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La isla de las tentaciones ¿o la isla de «todo mal»?

Hace unas semanas, comenzó la quinta temporada de la Isla de las tentaciones. Como ya sabréis este programa consiste en llevar a cinco parejas a un entorno paradisiaco para que pongan a prueba su relación. Las chicas son enviadas a una villa, donde convivirán con varios pretendientes y tendrán citas, fiestas y mucho alcohol. Y los chicos, más de lo mismo. El problema es que nos sentamos en el sofá a ver un programa en el que hay muchas cosas mal, empezando por la heteronorma y terminando por la reproducción del amor romántico.

Después de cinco temporadas, a nadie se le ha ocurrido llevar parejas diversas, la gran mayoría de las personas que participan en el reality (por no decir todas) son personas cis heteros, blancas, sin ningún tipo de discapacidad y con cuerpos irreales. Que por una parte hasta te alegras de que no hayan metido a una persona gay con todos los clichés del mundo, para parecer inclusivos.

Con respecto a los cuerpos de estas personas, poco o nada se parecen a los que tenemos nosotras o vemos por la calle. Ni un pelo donde no tiene que haberlo, ni un ápice de grasa, ni flacidez, celulitis, cicatrices, ojeras, granos, canas, ni un pie más grande que otro, pechos y/o culos operados y chicos que se ponen a hacer flexiones a las 2 de la tarde al sol en la república dominicana. No podemos hablar de la relación que tienen con la comida porque prácticamente no se ve (quiero pensar que es porque durante las comidas no pasa nada interesante a nivel de salseo).

¿Cómo te afecta esta cultura en tu pareja?

Las frases de “si no estas celoso es porque no me quieres”, “Quiero verla bien, pero que tampoco demasiado bien”, “si lo pasa mal es porque me quiere” entre otras muchas, es lo más escuchado en ambas villas. Seguimos escuchando y reproduciendo los peligrosos mitos del amor romántico y al parecer, ninguna de las treinta personas que hay en la isla, se escandaliza.

Porque lo peor que puede hacer tu pareja es ponerte los cuernos, la luz de gas, la manipulación, las mentiras, la falta de comunicación, el control, la desconfianza y las faltas de respeto, no nos indignan tanto. Parece que el único modelo relacional que está bien visto es la monogamia, (y con esto no queremos decir que todo el mundo tenga que practicar el poliamor o las relaciones abiertas) y como consecuencia, la mayor muestra de amor es la exclusividad sexual.

Este tipo de programas pueden ser perjudiciales, sobre todo para les más jóvenes porque pueden sacar conclusiones equivocadas. Como por ejemplo que las personas con cuerpos no normativos, racializadas, neurodivergentes, discapacitadas, queer, y un largo etcétera, no suponemos una tentación para nadie y que por lo tanto no tenemos derecho a relacionarnos sexo afectivamente. O que, si no controlamos, no estamos celosas, no manipulamos o mentimos, ejercemos violencia de algún tipo, o nos sentimos atraídas por alguien más, dudamos, nos cuestionamos la relación, ponemos límites y los respetamos es porque no queremos a nuestras parejas, y nada más lejos de la realidad.

Si te encuentras en situaciones similares, estaremos encantadas de acompañarte y ayudarte desde el equipo de Quiero Psicología.

Negligencia emocional en la infancia

Existen muchos tipos de negligencia. Algunos de tipos de negligencia más significativos para la sociedad son los que tienen que ver con algo más visual, como el maltrato físico y la carencia de materiales o alimentos, dejando a los niños casi en la inanición. Sin embargo, existe otro tipo de negligencia bastante habitual en muchas familias, la negligencia emocional.

¿A qué nos referimos con negligencia emocional?

A la incapacidad que tienen los progenitores o contexto y núcleo principal donde se desarrolla el menor, de responder adecuadamente a las necesidades emocionales. Es un tipo de negligencia muy peligrosa, ya que, no es visible y tienen consecuencias muy importantes a largo plazo.

Es importante identificar la diferencia con el abuso, pues este ocurre de manera totalmente deliberada entendiendo que va a haber un perjuicio. En la negligencia puede ocurrir que las figuras de cuidador del menor no interpreten sus necesidades a nivel emocional y acaben descuidadas.

Un ejemplo claro, sería cuando un niño esta sufriendo algún tipo de acoso en la escuela y los padres consideran que es un juego de niños, a veces, se hace con la intención de quitar hierro al asunto y evitar que el niño sufra, sin embargo, no validar sus emociones y no proporcionarle apoyo en ese momento con el tiempo el niño aprenderá a que sus emociones no son importantes y dejen de buscar ayuda y consuelo.

Es necesario conocer la sintomatologia más que puede llegar a mostrar un niño en caso de sufrir negligencia emocional:

  • Tristeza
  • Ansiedad
  • Apatía
  • Problemas de aprendizaje
  • Hiperactividad
  • Falta de atención
  • Evitar la cercanía emocional con sus iguales.

Si no se interviene en ese momento, pueden haber consecuencias en la vida adulta, que se caracterizan principalmente en no pedir ayuda, incapacidad para tener intimidad con otras personas, problemas a la hora de sentirse satisfecho emocionalmente, etc.

¿Cómo podemos trabajar la negligencia emocional?

Terapia:

Un terapeuta puede enseñar a los niños a identificar, expresar y aceptar las emociones que tengan en un contexto seguro donde se validaran los sentimientos que puedan experimentar, así como también aprenderán a gestionarlos.

Terapia familiar:

La terapia familiar es una de las mejores opciones para tener una dinámica emocional adecuada en casa y mantenerlo en el tiempo. Un terapeuta puede ayudar a comprender la importancia de una adecuada gestión emocional. La intervención temprana puede modificar y corregir los comportamientos que puedan estar relacionados con la negligencia emociona.

Clases para padres:

Los padres que descuidan las necesidades emocionales de sus hijos podrían beneficiarse de las escuelas para padres. Estos cursos ayudan a los padres y cuidadores a aprender las habilidades necesarias para reconocer, escuchar y responder a las necesidades emocionales del niño.

¿Qué podemos hacer como padres?

Como padres se tienen grandes responsabilidades y es importante estar atentos a las demandas emocionales, observar los gestos del día a día de los niños y darles las respuestas necesarias, demostrando que sus experiencias, emociones y sentimientos importan y pueden buscar ayuda siempre que les sea necesario y buscando ese apoyo y refugio.

Si quieres que nosotras seamos la mano experta que te acompañe estaremos encantadas de acompañarte en este proceso.

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¿Quieres una relación sana con las redes sociales?

Hoy, tener redes sociales o plataformas forma parte de nuestro día a día, es poco probable que solo tengas una aplicación de ellas en tu móvil, y todavía menos probable que no abras ninguna de esas aplicaciones al menos dos veces al día, por el motivo que sea, e incluso de forma inconsciente: TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat, Reddit, Twitter, incluso WhatsApp tiene la opción de publicar estados…

Todo ello hace que pasemos una cantidad asombrosa del tiempo con el móvil (u ordenador para los cómodos) y con nuestra atención dividida. Para muchos, la señal de alarma es ver su vida afectada por llevar un tiempo indefinido “scrolleando” de manera pasiva a través de miles de vídeos y contenido vacío: llegar tarde a lugares cuando no estabas haciendo nada, dormir pocas horas porque miraste el móvil en la cama, quedarte sin batería después de horas “distrayéndote”. Para otros muchos, es la ansiedad que aparece cuando no se utilizan esas aplicaciones, o peor todavía, cuando consultarlas también lleva a sentir ansiedad (el ejemplo de personas que necesitan saber quién le ha dado a “me gusta” o ha comentado sus publicaciones de forma constante). Esto se complica todavía más si utilizas alguna de estas redes para tu trabajo o estar al tanto de las noticias relevantes para ti.

Irónicamente, todas esas plataformas que pretendían acercarnos a personas o ideas parecen alejarnos de una vida consciente y de los nuestros. Pero, no es tarde para hacerlo, aquí te daremos unos consejos para tener una relación más sana con las redes sociales.

1. Limita tu tiempo de redes sociales.

No hay que aislarse, pero es bueno que seas consciente del tiempo que pasas en las redes y que sea un tiempo decidido por tí.

Puedes ver cuánto tiempo pasas en las redes sociales en las propias aplicaciones como Instagram o en los ajustes de tu móvil, esto te dará una idea de tu uso. Además, todos los móviles hoy en día tienen un función para limitar el acceso a éstas (control parental): según se acabe ese tiempo, el móvil suele avisarte y la aplicación te aparece en gris o inactiva. Puedes posponerlo, claro que sí, ningún remedio que pongas es para siempre, pero serás al menos consciente de que estás rebasando el límite que pusiste.

También puedes dedicar un tiempo a entretenerte “pasivamente”, pero de una manera controlada, ponte una alarma cuando te dispongas a hacerlo para no pasarte de esos tiempos y evitar que impacte en tus rutinas o planes.

2. Desconecta.

Tomarse un tiempo sin redes sociales es una opción más drástica, pero totalmente válida, especialmente en épocas o períodos más estresantes.

Desinstala la aplicación que detectes que te aporta menos. Puede que, al principio, te encuentres desbloqueando tu móvil para abrir una aplicación que ya no está instalada (en el lugar donde la solías tener) de forma inconsciente; o que sientas frustración al “aburrirte”, pero desarrollar tolerancia al aburrimiento y aprender a parar pueden ser muy útiles. Recuerda que siempre puedes volver a instalarla.

También puedes invertir en actividades que sean incompatibles con el móvil o dejar conscientemente el teléfono fuera de tu alcance, por ejemplo, actividades deportivas o dejar el móvil en un otra habitación mientras lees. No es tu responsabilidad estar disponible y al tanto de cada publicación que tus contactos compartan.

3. Cuidado con dejarte absorber por el mundo virtual.

Muchas personas tienen un entorno social que puede basarse casi exclusivamente en contactos online o un entorno laboral que depende de las redes sociales, esto tiene un cierto riesgo, si se quiere desconectar. Es importante poder valorar para qué quieres usar qué red social y podes buscar alternativas para seguir conectado con las personas. Si tu trabajo depende de las redes sociales, busca también diferenciar tiempo de trabajo y tiempo personal: por ejemplo, tener un teléfono diferente para tu trabajo, o una cuenta diferente de Instagram para tu empresa, cuyos seguidores estén más estrechamente relacionados con tu trabajo y no mezclar conversaciones amistosas con posibles clientes.

Además, recuerda que el mundo virtual no es un reflejo de la realidad: Las personas publican un contenido específico, con lo que compararte con éste, es realmente compararte con la parte de su vida que deciden presentar y de la forma en la que la presentan. No te dejes llevar por imágenes y comparaciones, porque pueden no ser acertadas. Otro problema es el miedo a la crítica, a la orden del día están los haters, trolls y “las cancelaciones”. El mundo virtual tiene muchas posibilidades, pero abrirte a todas ellas, puede exponerte a comentarios despectivos, odio y una crítica masiva. Sé compasivo contigo mismo, aunque puedas equivocarte en ciertos aspectos, siempre habrá alguien que no esté de acuerdo contigo o pueda hacer comentario dañinos, esto no tiene por qué ver con tu valía o tus valores. Intenta valorar las críticas que puedan ser constructivas y no enzarzarte en discusiones sin salida.

Si aplicas estos consejos, todavía experimentas dificultades o malestar para tener una relación sana con las redes sociales, puede que éstas estén detonando otros problemas relacionales o de autoestima que puedas tener ya anteriormente. Desde el equipo de Quiero Psicología, estaremos encantadas de ayudarte.

LGBTIAQ+

Algunas cosas que quiero decirte como persona LGBTIAQ+

Si estás leyendo este texto es muy posible que seas una persona del colectivo LGBTIAQ+ o bien alguien que tiene a una persona del colectivo cerca.

Si perteneces a la primera categoría este escrito es para dar voz a ciertas experiencias que puede que te resuenen: para describir lo que significa ser disidente en una sociedad que espera e incluso impone que seamos personas heterosexuales, cisgénero (que se identifican con el género asignado a sus genitales), alosexuales (que no son asexuales)… y normativas y como nos afecta en nuestros entornos sociales y familiares. Este texto es para ti y que puedas compartirlo con quien quieras cuando lo necesites.

Si no es el caso y perteneces a la segunda categoría tienes a una persona cercana a ti, sea familiar, amiga, ligue, pareja, hija, hermana, sobrino… o alguna persona en tu vida que quiere tener una conversación contigo que posiblemente no sea fácil o cómoda. Te invito a leer este texto hasta el final para iniciarla porque os merecéis estar a gusto y sentir seguridad y cercanía.

Esta persona en tu vida pertenece a alguna (o varias) de las siguientes categorías: lesbiana, gay, bisexual, trans, no-binaria, poliamorosa, asexual, intersex…

Este post en concreto no va sobre explicar que quiere decir en profundidad cada uno de estos términos, sino de que la persona que te ha enviado esto pertenece al colectivo y esto supone unas consecuencias injustas o difíciles en nuestras vidas que nos gustaría compartir contigo.

Nos gustaría decirte que recibimos rechazo o silencio cuando tratamos de ser nosotras mismas y nos cuesta hablar de nuestra vida personal porque no recibimos siempre el interés o el apoyo que necesitamos. El hecho de que no seamos lo que nuestros círculos sociales o familiares esperan de nosotras nos somete a presión para encajar o callarnos y nos hace muchísimo daño. Nos hace sentir expulsadas y rechazadas de muchos círculos. Duele no poder ser nosotras mismas. Duele no poder compartir nuestras experiencias. Duele que nos intenten forzar a ser algo que no somos.

El dolor de no poder traer todo nuestro ser a comidas familiares, a conversaciones casuales, a lo más pequeño y cotidiano de nuestras vidas es demoledor. No podemos ser quienes somos plenamente.  Es injusto. Es frustrante. Es un camino solitario en el cual podemos sentirnos abandonadas o desamparadas. Y no nos lo merecemos.

Merecemos cariño, cuidados, apoyo e interés en nuestras vidas como todas las demás personas. Merecemos poder contar con quien estamos saliendo o dejamos de salir, quien nos gusta, quien nos hace daño o con quien rompemos. Merecemos hablar de quienes somos.

Nos merecemos sentirnos libres, escuchadas, deseadas, celebradas. Merecemos una vida rica, colorida, segura y llena de amor. Y justamente por esto es posible que alguien que te importa te haya pasado esto. Porque necesita recibir esto de ti también.

Necesitamos conversaciones incómodas y difíciles que hagan que nos sintamos escuchadas y comprendidas.

Necesitamos sentirnos en casa con la gente de nuestro entorno y para ello necesitamos que iniciéis conversaciones para las cuales no estéis preparadas. No necesitamos que tengáis las palabras perfectas, pero necesitamos que lo intentéis.

Necesitamos que afrontéis el miedo a lo desconocido, a lo distinto, a pasar un rato incómodo. Porque le importas a la persona que te ha mandado esto y quiere que sepas como se siente.

Estás en su vida y le es importante poder compartir esto contigo. Poder sentirse segura y que le vas a escuchar y que puede ser ella misma. Que está a salvo, que no le vas a juzgar y que le vas a apoyar. Para esto es muy importante que no estés a la defensiva, porque para trabajar una relación (del tipo que sea) necesitamos poder mostrarnos vulnerables todas las partes involucradas. Para ello es importante entender que esto no es un reproche ni un ataque, es la necesidad de sentirnos escuchadas y sólo conseguiremos esa cercanía si nos cuidamos y escuchamos plenamente. ¡Para nosotras esto no es nada fácil!

Me encantaría que por favor intentes hacer esto lo mejor que puedas, que nos tengamos paciencia y nos digamos las cosas con cariño y que intentes entender quien soy. Que te informes si lo necesitas sobre mi identidad, que me preguntes con mucho cariño y mimo si tienes dudas. Pero necesito tu apoyo y comprensión.

Necesito conversaciones incómodas para poder entendernos, necesito que entiendas que la incomodidad es parte del cambio, de aprender y de conectar entre nosotras y tener una mejor relación. Necesito que me aceptes tal y como soy.

Necesito que me preguntes sobre mí y sobre mi vida para poder mostrarme ante ti tal y como soy plenamente, sin recortar las partes de mí que no entiendes. Necesito no tener que censurarme y que aceptes todas las partes de mi ser, especialmente aquellas que no comprendes del todo para poder sentirme cuidada. Necesito que me entiendas, cuides y quieras justo ahí donde menos me entiendes, necesito que busques comprenderme para poder ser quien soy.  Te garantizo que esto va a hacer que sea más fácil y fluido poder hablar entre nosotras y va a mejorar como nos hablamos y cuidamos.

Si lo haces te lo agradeceré y estoy segura de que tú también te alegrarás de haberlo hecho.

Si te encuentras en situaciones similares, estaremos encantados en ayudarte desde el equipo de Quiero Psicología.