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Gestionar emocionalmente un cambio laboral

En la actualidad vivimos una situación de incertidumbre debido a los problemas que la inflación pueda estar provocando, esto se ve reflejado en el panorama laboral. Muchas personas se ven obligadas a cambiar constantemente de trabajo para buscar aquellos objetivos laborales que necesitan o mejorar las condiciones salariales que les permita tener una vida.

Últimamente, observamos mucho en los medios de comunicación como en especial, los jóvenes, se pueden ver afectados por los cambios o la incertidumbre laboral. En terapia también observamos la demanda de muchos jóvenes con inseguridades y miedo a cambiar de trabajo o verse en situaciones totalmente precarias. Hay que tener en cuenta, que muchos jóvenes hoy en día tienen una formación muy amplía y están muy cualificados para poder avanzar en su profesión.

Sin embargo, es muy significativo cuando comprobamos que a pesar de toda la preparación adecuada, se ven sometidos en trabajo precarios y abusivos, en los que además no son valorados profesionalmente. Todo esto puede conllevar una inestabilidad emocional, además de afectar gravemente a la autoestima.

Algunas demandas en terapia más allá de ayudar a gestionar dichos cambios, también nos hacemos frente ante despidos improcedentes con alegaciones incoherentes o la privación de  renovaciones contractuales con la única finalidad de tener contratos temporales que permitan mayor ahorro económico por parte de la empresa. Debido a estas situaciones, mucha gente acaba optando por la posibilidad de opositar, pero este camino tampoco es fácil ya que, conlleva un cambio importante en el modo de vida.

Todos estos factores pueden perjudicar a la estabilidad emocional de una persona. ¿Cómo podemos gestionar emocionalmente los cambios laborales?

  • Deja fluir las emociones,  al contrario de lo que opinan muchas personas, reprimir las emociones solo nos puede perjudicar. Respetemos nuestro momento de indecisión, nuestro miedo o nuestra rabia. Son emociones necesarias y está bien vivirlas para que puedan ser pasajeras y no se queden enquistadas.
  • Aceptar la situación, es mejor focalizarse en aquello que sí podemos gestionar o controlar por nuestra parte que frustrarnos por acontecimientos o cambios que no están en nuestro poder.
  • Busca tus refugios externos, aquellos sitios o momentos del día a día que te permite resetear y afrontar los cambios desde otro punto de vista.
  • Focalizate en los aspectos positivos del cambio, en ocasiones puede provocar mucho vértigo cambiar de trabajo o asumir nuevos patrones en un mismo puesto laboral, pero puede que dentro de estos cambios se dé una oportunidad buena, busca aquello que puedes ganar con el cambio.
  • Valora tus cualidades laborales, y manten objetivos profesionales a los que quieras llegar y ponte a ello, actuación para alcanzarlos.
  • Siempre te puedes apoyar en tus seres queridos, te puede ayudar a despejar la mente y valorar la situación desde otra perspectiva.

Por otro lado, nos podemos ver en la situación de interrumpir nuestro ejercicio profesional en contra de nuestra voluntad. ¿Qué pasa si me han despedido?

El despido es un duelo como otro cualquiera y necesita pasar una serie de fases que nos permita gestionar lo sucedido.

  • Negación. A veces es muy díficil reconocer la situación acontecida. Esto puede conllevar rabia y frustración constante posicionando a la persona en irritabilidad constante.
  • Negociación, en esta fase nos intentamos autorregular utilizando frases como, “todo va a salir bien”.
  • Tristeza, esta fase se caracteriza por un sentimiento de vacío e incertidumbre, esto provoca una desmotivación profunda. Es importante tener en cuenta que los motivos de despedido, en ocasiones, van más allá de nuestras cualidades y profesionalidad.
  • Valoración de la situación, se revisa los aspectos de la organización y se empieza a valorar nuevas oferta de empleo.
  • Aceptación, que consiste en reconocer de forma sincera la situación y aceptarla, sin buscar culpables y asumiéndola. Es un proceso de adaptación a la nueva situación, sin resignación.

Cualquier cambio laboral o situación de desempleo  es un factor estresante que en ocasiones sea difícil de gestionar, por ello, no dudes en contactarnos desde Quiero Psicología podemos ayudarte.

Trauma por abandono

En muchas ocasiones en terapia se intervienen en situaciones orientadas al miedo que nos produce tan solo pensar en la soledad. Miedo a que nuestra pareja nos deje o miedo a desvincularse de determinadas amistades que ni siquiera nos hacen sentir bien. En un porcentaje muy elevado ese miedo va vinculado al trauma que una persona ha podido tener por abandono ya sea físico, emocional o ambos.

Una persona puede sentir abandono emocional aunque las personas estén a su alrededor cubriendo las necesidades fisiológicas. El abandono también se puede sentir por una muerte inesperada, aunque evidentemente esto ha sido en contra de la misma persona, puede conllevar que sintamos un abandono y una soledad profunda, así como también puede suceder en las personas que han sido adoptadas.

El trauma por abandono suele tener su origen en la infancia. Sufrir un abandono en la infancia es algo  importante que conlleva dificultades a la hora de  relacionarse con el mundo en la vida adulta. Este sentimiento puede tener una grave consecuencia en la autoestima y cuando en alguna ocasión nos encontremos en  situaciones complicadas como por ejemplo; un despido laboral, una ruptura de pareja etc, enseguida nos llevaremos esto al terreno totalmente personal sintiéndonos inválidos y poco suficientes para los demás.

En este caso nos vemos en la obligación de volver a aprender determinadas cosas por nosotros mismos, a vernos y valorarnos como realmente nos merecemos.

¿Qué consecuencias podemos tener?

Es importante entender que no todo el mundo aceptan y expresan las emociones y el dolor de la misma manera, va a depender de muchos factores en los que se hayan desarrollado, no obstante, podrían existir consecuencias comunes:

  • Una de las consecuencias más obvias que podemos observar en la sesión es la dificultad a la hora de establecer relaciones tanto sentimentales como sociales de manera estable. Las personas con sentimientos de abandono tienden a la desconfianza, sentirse vulnerables, o incluso tener épocas de tristeza y apatía que a veces no saben reconocer de donde provienen.
  • Es común observar conductas de autosabotaje (siempre de manera inconsciente). Cuando una persona se encuentra en una relación en ocasiones su propia sensación de poca valía puede provocar conductas y actitudes que conlleven a la ruptura. Esto ocurriría porque no se consideran merecedores de la felicidad..
  • Es posible que haya problemas de una gran dependencia emocional o ansiedad por relacionarse teniendo la necesidad de aprobación y reconocimiento siempre de manera externa.
  • A su vez, es común sufrir ciertas “reminiscencias emocionales”. En ocasiones, algo o alguien reactiva sus sentimientos de abandono y todo su mundo se paraliza de nuevo.
  • Puede aparecer la ansiedad sostenida en el tiempo. Las personas con heridas por abandono suelen estar en un estado constante de hipervigilancia. Al haber vivido situaciones de peligro en la infancia sin que nadie los socorriera, aprenden a no pedir ayuda y tener que reprimir las emociones.

¿Cómo se puede trabajar este trauma?

En una primera instancia hay que hacer un viaje a nuestro mundo interior, utilizar el diario emocional, mirarse al espejo desde la consciencia, poner en práctica conductas y actividades que conlleven ponerse como prioridad. Sobre todo y muy necesario un proceso terapéutico que permita llegar a la introspección y autocuidado, si quieres que nosotras seamos la mano experta que te acompañe en Quiero Psicología estaremos encantadas.

Negligencia emocional en la infancia

Existen muchos tipos de negligencia. Algunos de tipos de negligencia más significativos para la sociedad son los que tienen que ver con algo más visual, como el maltrato físico y la carencia de materiales o alimentos, dejando a los niños casi en la inanición. Sin embargo, existe otro tipo de negligencia bastante habitual en muchas familias, la negligencia emocional.

¿A qué nos referimos con negligencia emocional?

A la incapacidad que tienen los progenitores o contexto y núcleo principal donde se desarrolla el menor, de responder adecuadamente a las necesidades emocionales. Es un tipo de negligencia muy peligrosa, ya que, no es visible y tienen consecuencias muy importantes a largo plazo.

Es importante identificar la diferencia con el abuso, pues este ocurre de manera totalmente deliberada entendiendo que va a haber un perjuicio. En la negligencia puede ocurrir que las figuras de cuidador del menor no interpreten sus necesidades a nivel emocional y acaben descuidadas.

Un ejemplo claro, sería cuando un niño esta sufriendo algún tipo de acoso en la escuela y los padres consideran que es un juego de niños, a veces, se hace con la intención de quitar hierro al asunto y evitar que el niño sufra, sin embargo, no validar sus emociones y no proporcionarle apoyo en ese momento con el tiempo el niño aprenderá a que sus emociones no son importantes y dejen de buscar ayuda y consuelo.

Es necesario conocer la sintomatologia más que puede llegar a mostrar un niño en caso de sufrir negligencia emocional:

  • Tristeza
  • Ansiedad
  • Apatía
  • Problemas de aprendizaje
  • Hiperactividad
  • Falta de atención
  • Evitar la cercanía emocional con sus iguales.

Si no se interviene en ese momento, pueden haber consecuencias en la vida adulta, que se caracterizan principalmente en no pedir ayuda, incapacidad para tener intimidad con otras personas, problemas a la hora de sentirse satisfecho emocionalmente, etc.

¿Cómo podemos trabajar la negligencia emocional?

Terapia:

Un terapeuta puede enseñar a los niños a identificar, expresar y aceptar las emociones que tengan en un contexto seguro donde se validaran los sentimientos que puedan experimentar, así como también aprenderán a gestionarlos.

Terapia familiar:

La terapia familiar es una de las mejores opciones para tener una dinámica emocional adecuada en casa y mantenerlo en el tiempo. Un terapeuta puede ayudar a comprender la importancia de una adecuada gestión emocional. La intervención temprana puede modificar y corregir los comportamientos que puedan estar relacionados con la negligencia emociona.

Clases para padres:

Los padres que descuidan las necesidades emocionales de sus hijos podrían beneficiarse de las escuelas para padres. Estos cursos ayudan a los padres y cuidadores a aprender las habilidades necesarias para reconocer, escuchar y responder a las necesidades emocionales del niño.

¿Qué podemos hacer como padres?

Como padres se tienen grandes responsabilidades y es importante estar atentos a las demandas emocionales, observar los gestos del día a día de los niños y darles las respuestas necesarias, demostrando que sus experiencias, emociones y sentimientos importan y pueden buscar ayuda siempre que les sea necesario y buscando ese apoyo y refugio.

Si quieres que nosotras seamos la mano experta que te acompañe estaremos encantadas de acompañarte en este proceso.

Felicidad

7 comportamientos para sentirse «pleno»

En muchas ocasiones nos encontramos en terapia personas que acuden con el propósito principal de ser «feliz».

A veces se entiende la felicidad como un concepto invariable y estático en el tiempo.

Cuando nuestra meta está focalizada en algo, al conseguirlo se tiene la creencia errónea de que a partir de ese momento seremos felices para siempre. Es decir, la felicidad está relacionada a los deseos y objetivos que una persona ha conseguido.

Es importante entender que la felicidad es una experiencia subjetiva y relativa, por lo tanto, la gente sabe reconocer cuando siente esa felicidad y cuando no.

No existen requisitos explícitos para ser feliz, cada persona tiene sus propias circunstancias y motivaciones.

La felicidad se considera hedónica, este término hace referencia a la satisfacción de conseguir una meta y como esa satisfacción acaba desapareciendo con el tiempo, planeando ya la siguiente meta. Por ello, se podría considerar la felicidad como momentos de la vida en la que sentimos autorrealización y satisfacción plena, sin ser algo estático en el tiempo.

No obstante, el sentimiento prolongando en el tiempo de bienestar mente sería la Plenitud emocional.

La plenitud emocional es el sentimiento de bienestar emocional que siente una persona y en muchos ámbitos de su vida y permite un adecuado funcionamiento en las relaciones con otras personas. También permite que tengas habilidades para aceptar las circunstancias complicadas que lleguen.

La plenitud emocional permite tomar decisiones de manera más objetiva y constructiva manteniendo una mente abierta que permita orientarse a las posibles soluciones ante los problemas de la vida.

¿Qué conlleva la plenitud emocional?

1. Desvincularse y decir adiós

Liberarse tanto del pasado como vínculos hacia personas que no nos atraen ningún beneficio, permite despegarnos y crecer personalmente. Reparar las heridas emocionales del pasado permite centrarse en la solución de problemas desde el presente.

2. Mirar al pasado sin sufrimiento.

La tristeza es una emoción totalmente necesaria tanto para la supervivencia como para el crecimiento personal. Las personas con esa plenitud emocional pueden aceptar los daños ocurridos y enfrentar el presente.

3. Ser más consciente tanto de los pensamientos como de las emociones.

Las personas plenas tienen una mayor conciencia tanto de los pensamientos como de los sentimientos internos y externos, llevando a cabo la solución de problemas desde el autocuidado y respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Esto conlleva que sean más resilientes, por lo tanto, los cambios que se produzcan en su vida se verán desde la forma constructiva y no destructiva.

4. Empatizar

Al tener un mayor reconocimiento de sus propias emociones saben dirigirlas, gestionarlas y entender las emociones ajenas. Ese autoconocimiento y aceptación optimizará el equilibrio con las relaciones de su vida.

5. Flexibilidad mental sin autoexigencia.

Los errores nos permite ser tolerantes y saber corregir o reconocer qué otro camino necesitamos para continuar. Las personas maduras aceptan los errores como una forma de innovar.

No hay sentimientos de culpabilidad por no llegar a determinadas expectativas, aceptan  limitaciones sin que sea un fracaso.

6. Expresión emocional.

A través de la confianza en nosotros mismos podremos identificar y gestionar mejor las dificultades que se nos presenten en la vida.

A veces también da miedo expresar emocionalmente lo que uno siente por las posibles incomprensiones de otras personas, pero la barrera emocional dificulta las cosas.

7. Buscar soluciones sin caer en la queja.

Es totalmente lícito quejarse de una situación que se puede considerar injusta, no obstante, en ocasiones nos vemos sometidos a una retroalimentación de lamentos y quejas sin encontrar la salida. Las personas emocionalmente plenas aprenden a encontrar diferentes caminos y rectificar en caso que sea necesario, tomarán decisiones saliendo de la zona de confort y tomarán otras alternativas que puedan tener mejores resultados.

¿Quieres aprender a vivir con plenitud emocional? No dudes en ponerte en contacto con nosotras, en Quiero Psicología estaremos encantadas de ayudarte a crecer y obtener el bienestar que te mereces!

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4 tips básicos de autocuidado en una relación

El equilibrio entre mantener la estabilidad en una relación de pareja y no olvidarse de las necesidades de uno mismo puede a veces puede parecer realmente complicado.

Las relaciones sentimentales tienen diferentes espacios, los espacios en solitario donde cada uno tiene su independencia y por otro lado, tenemos el espacio y el tiempo donde se viven experiencias compartidas, así como generar un compromiso e ideas de futuro. Es necesario que para establecer una relación sana y madura se mantenga el autocuidado y se valore el tiempo personal de cada uno. Poder disfrutar de los tiempos individuales ayudará también a encontrar la reconexión emocional con la pareja.

Tener un espacio individual dentro de una relación no significa que no haya interés real por seguir con ella. Tomarse tiempo para mi mismo tampoco significa ser egoísta y no pensar en la otra persona. Un tiempo para uno mismo gestionado adecuadamente permite conocerse y evitar realizar actividades que puedan dañar o perturbar la relación o promover la desconfianza.

¿Cómo puedo fomentar mi autocuidado en una relación?

Buscar de manera consciente tiempo a solas.

Realizando algún hobby o actividad que podamos disfrutar. Esto permite mantener intereses personales y valorarnos, lo cual nos ayudará seguir con un balance equilibrado emocionalmente. Al realizar actividades que sean beneficiosas y nos sintamos satisfechos hará que disminuyan los niveles de estrés.

Cuidar nuestras relaciones sociales y familiares.

En ocasiones, una de las principales señales que pueden llevar a una dependencia emocional para centrarnos solo en la relación o en la vida y contexto de la pareja. Es necesario ese tiempo con otras personas de confianza para no sobrecargar la relación y sentir la desconexión de algunos conflictos que también puedan haber en la pareja.

Cuidar y ajustar las expectativas.

Es importante no esperar a que la otra persona sea la responsable de ayudar y gestionar las conflictos internos, ya que, esto conllevaría depositar fuera de uno mismo las propias responsabilidades. La pareja puede ser un apoyo, alguien que comprenda.

Es necesario la comunicación emocional y poder sentir la confianza de expresar la que uno considera

Y sobretodo ayude a entender determinadas conductas. Hacer participe a la pareja de los miedos internos también crea un vínculo fuerte, siempre y cuando se cuide la adjudicación de responsabilidades y se trabaje también de manera individual.

Y si siempre te ocurre que empiezas una relación con estas intenciones y no sabes cómo pero acabas fusionado con la otra persona y sin tus propios espacios y esperando demasiado de la relación quizá ha llegado la hora de plantearte si un proceso terapéutico puede ayudarte. En Quiero Psicología somos expertas en estas dependencias que pueden hacer que te olvides de ti.

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Duelo perinatal (II)

Hace unos meses, se escribió un artículo sobre el duelo perinatal orientado a aconsejar a personas cercanas a como tratar la situación desde la delicadeza, comprensión y valoración de las emociones de las personas que han sufrido la pérdida. Por ello, se identificaban las emociones más comunes en este proceso de duelo y que consejos seguir para que la gente de alrededor pueda apoyar. En este post queremos profundizar sobre ello.


Antes vamos a identificar diferentes términos desde los conceptos obstétricos.


Muerte fetal


Es la muerte del producto de la concepción antes de la expulsión o su extracción completa del cuerpo de la madre, independientemente del tiempo de duración de embarazo. Se divide en:


Muerte fetal temprana
:
Todas las muertes desde la concepción hasta la semana 22 de gestación. Estaríamos hablando aquí de los abortos.


Muerte fetal intermedia:
Muertes fetales que tienen lugar entre la semana 22 y la 28 de gestación.


Muerte fetal tardía:
A partir de la semana 28 de gestación.


Muerte neonatal:
Es la muerte del recién nacido en las primeras 4 semanas de vida (28 días).


Muerte neonatal precoz:
Del recién nacido en los primeros 7 días de vida.


Muerte neonatal tardía:
Del neonato desde los 7 días completos hasta los 28 días completos de vida.


El duelo siempre es una situación muy difícil de afrontar. El duelo perinatal como se comentó en su momento, ocurre por la pérdida durante el embarazo o incluso en momentos posteriores al parto.


Ocurren dos sucesos; la vida y la muerte. La madre gestante se prepara para dar vida y recibe un choque extremo. Este duelo tiene un componente hormonal muy elevado que va dirigido exclusivamente a la maternidad. El vínculo con el bebé se desarrolla desde el primer instante e incluso antes de llegar al embarazo, el deseo de tener un hijo es un factor muy importante.

El fallecimiento de este conlleva una ruptura abrupta con todas las expectativas futuras e ilusiones creadas. Este dolor se ve incrementado cuando las mujeres de forma natural generan prolactina (hormona que genera la leche materna) junto con cortisol (hormona del estrés) creando un cóctel hormonal muy difícil de gestionar. Cabe destacar que biológicamente hablando es incomprensible la pérdida de un hijo.


¿Cuál es el proceso natural de un duelo?


El duelo perinatal, también tiene unas fases previas a la aceptación:

Negación: Shock emocional.

Regresión: Tristeza extrema que conlleve comportamientos viscerales y explosivos.

Enfado: Ira desbordada enfado con todo y con todos.

Culpa: Culpabilizarse por no haber podido hacer “nada”

Desolación: Tristeza de impotencia y reconocimiento de que no podíamos haberlo cambiado.

Acción: Empieza la movilización.

Aceptación: Comienza la cicatrización. Hay una diferenciación entre la pérdida y como persona individual.

Parece que cada vez más se esta visibilizando esto duro proceso, debido a las pérdidas que han tenido algunos famosos, no obstante, esto sigue siendo un gran tabú. Como sucede con todos los tabús, el silencio e ignorar estos sucesos no favorece al afrontamiento, sino que desprotege, lo que conlleva que no haya una formación real y completa en algunos profesionales. No existe ningún protocolo específico de intervención en estas situaciones. Por ello, es necesario conocer como intervenir en los primeros momentos más críticos de la pérdida.


Método LAST (ERST):


El método LAST (en inglés) es un método que permite a los profesionales de la salud, tanto médicos como enfermeros y psicólogos, apoyo principal en el momento de mayor emergencia. Es muy importante una adecuada intervención desde el principio.


Escuchar (listen) activamente las necesidades y emociones que están experimentando las personas afectadas.
Reconocimiento (acknowledgement), la validación por parte de los profesionales del sufrimiento que están sintiendo, esto permite que el autocuestionamiento de los padres se reduzca considerablemente.
Apoyo (support), la comunicación y la compasión son factores beneficiosos para la familia. Sería oportuno que el profesional pudiese facilitar información necesaria sobre grupos de apoyo y terapias.
Tacto (touch), la comunicación no verbal es muy significativa a la hora de que la familia sienta el apoyo necesario.

Películas recomendadas sobre el duelo perinatal:
• Fragmentos de mujer (2020)
• Volver a cero (Return to Zero) (2014)
• El amor y otras cosas imposibles (2011)
• La memoria del agua (2014)

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¿Qué es ser una persona altamente sensible?

En el mundo en el que vivimos, nos han enseñado desde pequeños a camuflar las emociones. Si un niño pequeño se cae, enseguida aparece un adulto que le dice que no pasa nada, que deje de llorar y continúe jugando. Ese pequeño detalle enseña a que las emociones calificadas de “negativas” sean escondidas.

Las emociones no son negativas ni positivas, todas y cada una de ellas son adaptativas desde la mayor alegría hasta la peor de las tristezas. Cuando una persona tiene la habilidad de poder ser consciente de sus emociones, reconociendo aquello que le perjudica, se le llega a etiquetar de
una persona “muy sensible”, no obstante, a veces lo confundimos con una persona con alta sensibilidad

¿Acaso sabemos lo que realmente significa una persona altamente sensible?

Utilizar esa etiqueta a la ligera infravalora a las personas con que realmente tiene una alta sensibilidad.

Los últimos estudios sobre el cerebro señalan que el hemisferio derecho de las PAS (persona altamente sensible) es más activo. Es la zona relacionada con las emociones, los sentimientos y la creatividad. Dentro de ella, el área frontal y la amígdala están en un estado de alerta superior al de la media. Estas estructuras se iluminan más en las pruebas de resonancia magnética.


• El lóbulo frontal es un centro para el procesamiento de la información social y es una pieza clave en el circuito de la empatía. Su hiperactivación se traduce en personas muy empáticas con una capacidad superior para entender las emociones de los demás y ofrecer una respuesta adecuada a sus necesidades.
• La amígdala es el centro del cerebro emocional y quienes la tienen más excitada viven las emociones con mayor intensidad. Según las investigaciones de Elaine Aron y su marido Arthur Aron, llegaron a la conclusión de que el 20% de la población mundial son personas altamente sensibles, lo que conlleva un sistema neurosensibilidad sensorial más desarrollado que el resto de la gente, esto hace que reciban mucha más información sensorial.
Los estudios parecen indicar que las PAS reaccionan al entorno y a los estímulos sensoriales de forma distinta. Esta forma de gestionar la información acerca de los estímulos externos es más lenta debido al procesamiento profundo. La naturaleza es muy sabía, ya que, la posibilidad de observar detenidamente y no dejarse llevar por los primeros impulsos permite que el ser humano analice la situación y valore que camino es el más indicado.


Las personas altamente sensibles pueden tener las siguientes características:


• Se ven afectados por la iluminación intensa, olores fuertes y alto nivel de ruido.
• Pueden sentir mayor estrés por la carga laboral y las aglomeraciones.
• Se identifican con personalidad más tímidas.
• Mayor creatividad.
• Llegan a sentir una empatía desbordada.
• La empatía les genera la necesidad de ser más solidarios.
• Facilidad para el enamoramiento.
• Un umbral de dolor más bajo.
• Pueden tener dificultad a la hora de marcar límites.
• Más observadores.
• Dificultad a la hora de gestionar las emociones.


¿Cómo identificar si soy una persona altamente sensible?


• Es importante hacer una revisión general de tu vida, para comprobar cómo te sentías en comparación a otros niños y cómo recuerdas tu mundo emocional en las diferentes etapas de tu vida, así como el cómo te percibían tus familiares.
• Leer e informarte todo lo que puedas sobre el rasgo y hacer los test que puedes encontrar en internet en la página de Elaine Aron: https://hsperson.com/ es por el momento el test más oficial con respecto a esto. Es muy fácil de responder.
Acudir a Psicoterapia Especializada en PAS, Acudir a un profesional de la Salud Mental que pueda ayudarte e investigar si tu experiencia hace referencia al rasgo o a otros aspectos psicológicos diferentes (ej: hipersensibilidad como respuesta al Trauma).


¿Qué puedo hacer si me doy cuenta que soy una persona altamente sensible?

  • Aceptación: No es una enfermedad, forma parte de tu capacidad de ver el mundo.
  • Observación de uno mismo: Investiga cómo te afecta tu sensibilidad, focalizarse en aquellos momentos que notaste mayor tensión, ver que estaba pasando, te ayudará a reconocer las situaciones que más te pueden perjudicar.
  • Poner límites: Absorbes una cantidad de información que te satura, pon en práctica la comunicación asertiva y respeta tus tiempos para volver a recargar la energía.
  • Actividades que te ayuden a canalizar: haz ejercicio físico (mejor suave y en contacto con la naturaleza), practica la meditación (mindfulness), trabaja la respiración con técnicas energéticas, pinta, toca un instrumento, canta o haz teatro…
  • Socializar: busca un grupo y si no lo encuentras, organiza tú uno. Conocer a otras personas con las que te sientes identificado te mostrará que hay más gente capaz de sentir como tú sientes.
  • Crear un espacio seguro: Intenta estar completamente solo con la menor información sensorial posible, cuando necesites desconectar. Estar en silencio y a oscuras te permitirá desconectar.
    Te recomendamos sobre el tema una serie de libros:
  • “Personas altamente sensibles”:Karina Zegers Beijl
    • “Niños con alta sensibilidad”: Karina Zegers Beijl
    • “El don de la sensibilidad” Elaine Aron
    • “El poder de la sensibilidad: Cómo identificar a las personas altamente sensibles y qué
    podemos aprender de ellas”.Libro de Carmen Bas y Kathrin Sohst
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La impaciencia cognitiva

Reinventarse es una cuestión que nos ha tocado hacer desde que empezaron los contagios por COVID-19. La vida, en ocasiones, nos da la sensación de ser frenética e imparable, haciendo malabares para llegar a todo tipo de planes posibles, entre lo social, lo laboral y lo personal.


Tomarnos una pausa y esperar pacientemente es bienvenido cuando se opta por ello de manera voluntaria. Sin embargo, estos nuevos tiempos nos ha obligado a frenar los ritmos de vida, modificar nuestros planes y manejarnos con lo único que tenemos claro, el presente.

No obstante, no vivimos desconectados y cada vez más, estamos aumentando nuestra focalización en las nuevas tecnologías y en las redes sociales. El mundo de internet sumado a la impaciencia de quererlo todo “ahora y rápido” esta ocasionando la denominada, Impaciencia cognitiva.


La impaciencia cognitiva hace referencia a la falta de atención sostenida, provocando el salto de tarea en tarea sin llegar a terminar ninguna. Los principales afectados por ella serían personas jóvenes y de mediana edad. La exposición continuada a los entornos digitales donde hay tanta información produce cambios dinámicos cognitivos en las personas.

La soledad ha dejado paso a una presencia permanente que nos interrumpe constantemente y en cualquier circunstancia, una presencia que se encarga en la mensajería instantánea, las redes sociales, el consumo compulsivo de información, etc.


¿Cómo nos puede perjudicar por lo tanto, este fenómeno?


• La falta de atención disminuye nuestra capacidad para tomar decisiones por nuestra propia cuenta y limita el pensamiento libre.


• La tranquilidad es necesaria para la concentración y la reflexión; estar en constante interrupción por el poder que ejercen las nuevas tecnología impide esa calma.


• Al ser víctima de la impaciencia cognitiva, resulta más complicado comprender ideas complejas.


La retención de información en la memoria también se ve afectada, si no hay focalización no se puede llegar a realizar el ejercicio de memorización.


• La falta de atención llega a afectar a las relaciones sociales.

Es importante resaltar que todo esto puede conllevar a una alteración de nuestro sistema basal, conllevando un trastorno ansioso. La impaciencia cognitiva ataca precisamente la atención superior, esa que potencia nuestra autoconciencia y las capacidades de crítica, deliberación y planificación.


Cuando saltamos de un estímulo a otro, solo capta nuestra atención aquello que consideramos peligroso o que tiene una gran repercusión emocional. De los 20 titulares por los que discurren nuestros ojos, solo nos atrapará aquel que genere una resonancia emocional. Por lo tanto, nos focalizaremos en aquello que consideraremos peligroso y se pondrán en marcha nuestro sistema de alerta fisiológico.


¿Cómo escapar de la cultura de la impaciencia?

Aprender a crear espacios de calma y tranquilidad en los que cultivar la paciencia.

No hace falta coger un fin de semana y escapar al campo para que seamos capaces de crear nuestro propio espacio de intimidad y relajación. Es decir, intentar buscar en los huecos disponibles de nuestro día a día un momento “refugio” aquella actividad, paseo o ejercicio que nos ayude a desconectar y centrarnos en el presente. Las técnicas de relajación y la respiración abdominal nos ayudarán a controlar las sensaciones fisiológicas y de ésta manera, también nuestra mente. Otros ejercicios que pueden ser beneficiosos son los relacionados con la atención plena. Por ejemplo, si notas ansiedad y la aceleración, céntrate en un objeto y descúbrelo como si fueras un niño pequeño, poniendo esa atención en la forma, color, olor, sabor, tacto, función, etc.


Reflexionar sobre nuestra vida y darnos cuenta de cómo esa ansiedad por tener resultados inmediatos nos puede llevar a veces a tomar decisiones precipitadas.

Una vez hecha las reflexiones y ser conscientes, necesitamos ponerlo en práctica. Poniendo fuerza de voluntad acabaremos consiguiendo un nuevo patrón de conducta, poco a poco. Elige un aspecto pequeño de tu vida cotidiana en el que hayas detectado que tienes poca paciencia. Regula la situación mediante auto-instrucciones que te permitan controlar el impulso nervioso (“no tengo motivos para tener prisa, puedo intentar hacerlo con calma”).


A medida que vayamos notando los efectos y beneficios de practicar la paciencia, nos iremos motivando y podremos pasar a ampliar el entrenamiento a otra actividad cotidiana… y luego a otra y luego a otra. De esta manera se estarán produciendo nuevos automatismos. Podremos observar la agradable sensación de tener el control y entonces no nos importara esperar para retomar determinadas actividades o planes que teníamos planificados.

Si necesitas ayuda para poder retomar el control, no dudes en acudir a un profesional de la psicología. Nosotras estamos aquí para ayudarte a ello.

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Tips para afrontar la soledad

¿Qué es la soledad?

La soledad, palabra que asusta, palabra que siempre queremos evitar, y es que. la soledad impuesta es uno de los mayores miedos que tienen los seres humanos. Soledad, según el latín, significa la “cualidad de estar sin nadie más”. Es curioso que el latín la exprese como una “cualidad”, pues, llegar a disfrutar de la soledad es una gran cualidad y habilidad.

No obstante, vivimos en una sociedad frenética, donde las redes sociales y el ritmo de vida nos impulsa a estar constantemente en movimiento o realizar actividades con otras personas. Los adolescentes y jóvenes adultos son los que principalmente se ven sometidos al estrés social, sintiendo un gran malestar si no consiguen tener un grupo de amigos con los que salir todos los fin de semana o realizar viajes entre otras actividades. Además, las redes sociales que encontramos en internet, dan una falsa sensación de realidad, donde las personas se muestran siempre contentas y activas, ya que, mostrarse apenado o estudiando no resulta atractivo. Esto incrementa la ansiedad por relacionarse.

La soledad emocional

Tampoco podemos olvidar que la soledad emocional está vinculada a la incomprensión e inseguridad. Es decir, podemos estar rodeados de gente que si no, nos sentimos comprendidos y valorados mantendremos esa sensación de soledad. Por otro lado, si tampoco hemos realizado un ejercicio de introspección y autocuidado, en muchas ocasiones, estaremos necesitando las valoraciones externas y el ambiente social para sentirnos queridos, de esta manera, cuando carecemos de planes que realizar en compañía, sentiremos una inmensa tristeza y abandono.

El COVID-19 y la aparición de sus constantes variantes nos ha obligado a bajar los ritmos de vida, disminuyendo significativamente el ocio y entretenimiento, alejándonos también de nuestros seres queridos. Esto está provocando que una de las mayores demandas en las consultas psicológicas, ansiedad ante la soledad.

Aprovecha la soledad

Los seres humanos somos sociales, pero también somos los únicos seres capaces de adaptarse a cualquier ambiente que se le plantee. Por ello, hay que comprender que realmente, la soledad, no es ni buena ni mala en sí, todo depende de como la abordemos. Es cierto que fomentar un circulo social tiene beneficios positivos en nuestra salud mental y física. Esto, no significa que la soledad no se pueda aprovechar e incluso disfrutar, ya que, nos permite tener más tiempo para nosotros mismos y autodescubrinos, permitiendo un espacio para cambiar todos aquellos objetivos que tenemos en la vida. Algunos tips que nos pueden ayudar para afrontar el sentimiento de soledad:

  • Reconoce tus miedos: Identificar ese miedo y validarlo nos permite poder utilizarlo para encontrar una motivación de vivir cada vez más el momento presente, de esta manera también nos damos cuenta que no estamos solos en este sentimiento y que hay muchos individuos que se encuentran con las mismas preocupaciones que nosotros.
  • Escucha a tu cuerpo y a tus emociones: Estos te darán la pista que necesitas para entender de donde vienen esos miedos y que es lo que puede subyacer a esa ansiedad ante soledad.
  • Organiza tus prioridades.
  • Tomate tu tiempo para crecer personalmente.
  • Hazte preguntas: “¿Qué quiero?”, “¿Qué necesito?”
  • Exposición a realizar actividades en solitario, por ejemplo, se puede empezar por ir al cine solo, comer en algún bar solo, o dar largos paseos por el parque e incluso, ¿Por qué no hacer ese viaje que tanto deseas, en solitario?

En ocasiones, este sentimiento de soledad se puede ver desbordado, por ello, no dudes en acudir a una profesional en Quiero Psicología que te pueda orientar y guiar, además de hacer ese ejercicio de autobservación que nos puede ayudar a comprender esas creencias que están causando los miedos ante la soledad.

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Los vínculos tóxicos con la familia

Muchas veces escuchamos, “Es que es tu padre, intenta hablar con él…..” “Es que es tu madre, seguro que lo hace por tu bien….” “Es familia, y la familia es lo más importante, pase lo que pase tienes que perdonar….”

¿Quién dice que hay que conformarse? ¿Es necesario tener que mantener una relación familiar que nos hace sentir malestar e inseguridades? La única verdad es que nadie puede elegir la familia en la que nace, así como podemos desarrollarnos en ambientes sanos y estructurados, también podemos encontrarnos en un ambiente desestructurado y tóxico.


En ocasiones, las características de vínculos tóxicos dentro de la familia pueden pasar desapercibidos, o bien porque se da por hecho la autoridad de determinados miembros como abuelos o padres, o por la propia cultura y sociedad que crea un tabú ante ello. Aquellas características más significativas dentro de las relaciones tóxicas en una familia son:

Nula privacidad:

No se respetan los espacios vitales de cada miembro ni sus propias necesidades. Suelen ser relaciones construidas desde la autoridad cuyo objetivo es satisfacer las necesidades propias. Esto llevara acabo actitudes de sobreprotección o de agresión que incapacitará el desarrollo emocional normal.

Comportamientos extremos:

En estos comportamientos extremos podemos encontrar la sobreprotección y el abandono, ambos pueden generar relaciones de dependencia con apego ansioso o inseguro que se manifestará en la manera de crear nuevas relaciones en nuestra vida adulta, semejantes a los que conocemos.

Falta de comunicación:

Evitar hablar tanto de los problemas como de los conflictos tiene un gran impacto en nuestras emociones. Se enseña que las emociones como la tristeza y el enfado se tienen que guardar como si no existieran, lo cual, acabarían acumulándose como una olla a presión que tarde o temprano puede explotar, conllevando consecuencias psicológicas y emocionales en un futuro. A veces, las familias evitan hablar de situaciones complicadas con intención de no preocupar o no generar malestar, no obstante, mirar hacía otro lado nunca fue una buena opción.

Rigidez mental:

Los miembros de la familia con conductas y pensamientos inflexibles en ocasiones no permitirán que los cambien. Suelen ser relaciones de dominación. Esto nos puede llevar a la frustración sin saber como podemos mejorar dichas relaciones.


En ocasiones nos vemos obligados a mantener la relación familiar por diferentes motivos como la
dependencia económica. Lamentablemente, no podemos cambiar a las otras personas, pero si
podemos cambiar nuestra manera de actuar ante ellos y posicionarnos.

¿Qué podemos hacer por nuestra parte para frenar el daño que se sigue causando?


Utilizar la empatía: ponerse en los zapatos de la otra persona no significa que tengamos que someternos, sino escuchar y aceptar la posibilidad de que no pueda se llegue a otros entendimientos. Esto no implica que dejemos de actuar por nuestra propia libertad.


Manifestar el respeto y proteger el propio espacio: es muy importante que le demos el valor que se debe a nuestro espacio personal.


Aprender a marcar límites, decir que NO: primero de todo, hay que comprender, que decir que “No”, no significa querer menos a alguien o hacerles daño. Si te sientes obligado a tener que realizar algo que realmente no te apetece, puedes decir que no y valorarte. Si esto genera a alguien malestar, cada persona es responsable de sus emociones y como gestionarlas.


Siempre respeto: el respeto hacía los demás y hacía uno mismo es fundamental. Con un lenguaje asertivo y respetuoso, evitando los conflictos, tenemos todo el derecho a comunicar aquello por lo que no estamos dispuestos a pasar. Ese lenguaje asertivo y firme permite que los demás entiendan tus necesidades y la nueva manera de relacionarte con ellos.


Paciencia: aprender a esperar y pensar antes de actuar es una gran habilidad que ayuda a relacionarnos de manera positiva y sana. Las actitudes impulsivas, los gritos y las exigencias tienen que dejarse de lado y no reforzarlas atendiéndolas, pues todo ello conlleva conflictos innecesarios.


Estas pautas no siempre son fáciles de poner en práctica y tendremos que pedir ayuda externa como los profesionales de la psicología para que nos guíen y llevarlas a cabo, en Quiero Psicología podemos ayudarte.

Recuerda que el autocuidado también consiste en poder desvincularte de aquellos lazos que puedan ser tóxicos sea o no sea en un contexto familiar.