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La Navidad y los atracones

La Navidad es conocida por ser una época en la que la comida desempeña un papel central en las celebraciones. Muchas personas disfrutan de comidas festivas y tradicionales durante esta temporada. No obstante, es común que algunas personas se sientan tentadas a comer en exceso durante las festividades. Y esto no tiene porqué ser un problema, sin embargo, algunas personas con trastorno por atracón pueden experimentar desafíos adicionales.

El trastorno por atracón es un trastorno alimentario caracterizado por episodios recurrentes de ingesta de alimentos en una cantidad mayor de la normal, acompañados de una sensación de pérdida de control durante los episodios. Estos episodios están seguidos comúnmente por sentimientos de culpa, vergüenza o malestar.

La presión social para participar en comidas festivas y el énfasis en la comida durante las celebraciones pueden desencadenar episodios de atracones en aquellos que ya luchan con este trastorno. Además, Las emociones asociadas con las festividades, como el estrés, la alegría o la tristeza, pueden aumentar la vulnerabilidad a los atracones.

Algunas personas pueden recurrir a la comida como una forma de hacer frente a las emociones intensas asociadas con las celebraciones navideñas. Es importante destacar que el aumento de peso no está determinado únicamente por los atracones, sino por la suma total de la ingesta calórica, el gasto energético y otros factores relacionados con el estilo de vida. Sin embargo, cuando estos factores se suman, es posible que aparezca este efecto que dependiendo de la relación que tengamos con el cuerpo y la presión familiar/social a la que estemos sometidas, puede ser un problema añadido.

Malas estrategias de afrontamiento

Es en este momento cuando se nos pasa por la cabeza compensar con ejercicio físico, restringir alimentos, utilizar diuréticos y/o laxantes, hacer ayunos u otras dietas poco recomendables o incluso llegar a provocarnos el vómito, como si alguna de estas cosas mejorase la relación que tenemos con nuestro cuerpo.

Una de las opciones mas normalizadas, es el uso de las dietas restrictivas, pero las dietas restrictivas y los atracones a menudo están relacionados en un ciclo que puede tener consecuencias negativas tanto para la salud física como para la salud mental.

Este ciclo es conocido como el «ciclo de la restricción y el atracón».

Aquí hay algunas maneras en las que estos dos comportamientos pueden interactuar:

Privación: Las dietas restrictivas a menudo implican la eliminación o restricción severa de ciertos alimentos o grupos de alimentos.

Sentimientos de privación: La privación puede llevar a sentimientos de ansiedad, deseo intenso por los alimentos prohibidos y una relación negativa con la comida.

Respuesta a la privación: Después de períodos de restricción, el cuerpo y la mente a menudo responden con atracones, donde se consumen grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo.

Sentimientos de culpa y vergüenza: Después de un atracón, las personas a menudo experimentan sentimientos de culpa y vergüenza, lo que puede intensificar la necesidad de volver a la restricción y/o además podemos intentar gestionar estos sentimientos desagradables con más comida.

¿Cómo podemos entonces romper el ciclo?

Enfoque en la moderación: Adoptar un enfoque equilibrado y moderado hacia la alimentación puede ayudar a romper el ciclo de restricción y atracones. En lugar de seguir dietas restrictivas, centrarse en desarrollar hábitos alimenticios saludables y sostenibles a largo plazo.

Entender las necesidades nutricionales: Reconocer y satisfacer las necesidades nutricionales del cuerpo puede reducir la necesidad de atracones como respuesta a la privación.

Y sobre todo, cuando sientas que tu sola no puedes, recomendamos buscar apoyo profesional. Trabajar con un dietista y/o nutricionista y terapeuta especializada en trastornos alimentarios puede proporcionar herramientas y estrategias para establecer una relación más saludable con la comida.

La relación con la comida y el cuerpo son problemas multifactoriales y altamente complejos, influidos negativamente por el sistema en el que vivimos, por lo tanto es normal que no podamos lidiar con esto solas. Aunque sea algo muy extendido, los TCA son problemas que pueden solucionarse, no tienen porqué acompañarnos durante toda la vida. En Quiero Psicología podemos ayudarte.

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Violencia intragénero ¿la puedo estar sufriendo?

Con este tipo de violencia nos referimos aquella que es ejercida dentro de una pareja LGBTIQ+ por parte de uno de sus miembros. En estas circunstancias, se puede señalar como violencia intragénero conductas en las que haya:

Violencia psicológica y emocional: Comprende los intentos de una persona de perturbar el bienestar mental y/o afectivo de su pareja. Puede ejercerse en público o en privado, siendo muy difícil de detectar cuando solo se ejerce en el ámbito privado. Esta violencia incluye: llamar por apodos, manipulación, insultos, críticas, humillaciones, abandono, aislamiento social, chantaje, control, amenazas o hacer sentir inferior al otro.

Violencia física. Es el acto deliberado o el intento de infligir lesiones físicas hacia la otra persona. Se considera violencia física independientemente de que se consiga o no el objetivo de dañar. Algunos ejemplos de violencia física son: bofetadas, patadas, ahogar, lanzamiento de objetos, empujones, agarrar a la víctima, limitarle la salida, mordiscos, negar el sueño o la comida, obligar a tomar sustancias nocivas para su salud, utilización de armas, intento de homicidio y asesinato.

Violencia sexual: Comprende cualquier actividad sexual no deseada impuesta a la persona por su pareja a través de intimidación o coacción o bien cuando se producen en otras situaciones de indefensión. Alguno ejemplos son: tocamientos no deseados, violaciones, negarse a usar protección en las relaciones, obligar a la pareja a realizar prácticas que no le gustan, obligarle a mantener relaciones sexuales con otros.

Violencia económica o financiera: Incluye el control de los gastos e ingresos de la víctima, hacer que la pareja dependa económicamente, negar el acceso a los recursos económicos, impedir la asistencia a clases o al trabajo o cualquier otra acción que haga que la pareja dependa económicamente o use la superioridad económica para controlar a la víctima

Violencia digital: Incluiría el ciberacoso, el sexting, controlar el móvil y las redes sociales, instalar aplicaciones de localización, amenazar por email o redes sociales, entre otras.

Violencia vicaria: La violencia vicaria dentro de una pareja es aquella en la que se causa daño físico y/o emocional los hijos e hijas que tienen en común para hacer sufrir a su pareja o expareja. Este tipo también incluye el daño causado a los menores por la observación de malos tratos entre los progenitores. El impacto psicológico es lo que se busca, a través del control, el sometimiento y las agresiones a personas que no están directamente involucradas en el núcleo del conflicto.

Las dinámicas que se dan dentro de este tipo de relaciones se parecen mucho a las de la violencia de género, no obstante, también tiene ciertos elementos que son característicos de las parejas que forman parte del colectivo LGTBIQA+, como veremos a continuación.

Outing: La pareja puede amenazar con revelar la orientación sexual de la víctima a sus jefes, amigos y familiares, lo que puede llevar a un gran aislamiento social y al despido.  El outing puede ser una herramienta de abuso y una barrera para buscar ayuda, ya que las personas LGTBIQ+ a menudo ocultan su orientación sexual o identidad de género por temor al estigma y a la discriminación.

Violencia relacionada con el VIH: Las amenazas de contagio y de descubrir el estado seropositivo de la pareja a sus familiares y amigos, impedirle tener acceso a la medicación o a tener prácticas sexuales seguras, manipular a la víctima a través de la enfermedad, etc.

Violencia sobre la orientación sexual: La orientación sexual puede ser utilizada como un método de control sobre la otra persona. La persona maltratadora utilizaría los estereotipos que definen a las personas LGTBIQ+, en general para abusar de su pareja por no entrar dentro de ellos. La persona maltratadora puede amenazar para limitar la participación de su pareja en la comunidad o desalentarla a denunciar porque al hacerlo avergüenza a la comunidad.

El uso de la LGTBIQ+ fobia interiorizada como herramienta de violencia psicológica. Las personas abusadoras pueden aprovecharse de la LGTBIQ+ fobia interiorizada de su pareja para ejercer control, manipulación o chantaje emocional.

¿Qué mitos pueden estar impidiéndome verla?

Los mitos sobre la violencia intragénero contribuyen a su invisibilidad y obstaculizan su adecuado tratamiento y, en consecuencia, la protección de las víctimas.

Los hombres gais nunca pueden sufrir maltrato por sus parejas. Las mujeres lesbianas nunca son maltratadas por otras mujeres. El maltrato no solo es una cuestión de sexismo, tambiénes un tema de poder, un tema legal y un tema de salud mental.

La violencia en parejas de hombres gais es una lucha justa entre iguales. En este punto los autores hablan del mito del ring de boxeo. Según este mito entre dos hombres no hay relación de maltrato, sino una situación simétrica. Este mito presupone que todos los hombres tienen una predisposición a ser violentos los unos con los otros.

En las parejas de mujeres nunca hay violencia. Según esto, las mujeres nunca son violentas en sus relaciones de pareja con otras mujeres.Esto es lo que algunas autoras definen como utopía igualitaria. Desde este marco teórico se piensa en la relación de pareja entre personas deun mismo género como un vínculo inmune a las relaciones de poder. Un idealcontradictorio, porque obvia las diferentes maneras de construir relaciones depoder a partir de la edad, de la cultura, del estatus profesional, etc. No hemos de olvidar que las lesbianas tienden, a construir relaciones de fusión o codependencia. Estas relaciones han sido definidas poralgunos autores como relaciones de poder, del poder que se ejerce através del mundo de las emociones.

 Quienes maltratan son siempre más grandes y fuertes. Esto supone presuponer que la violencia siempre es física y obviar la violenciapsicológica que puede darse en el seno de la pareja.

La violencia intragénero no es real o es menos grave: La violencia intragénero es un problema muy real y serio. Aunque las parejas del mismo género pueden experimentar algunos desafíos únicos, como la falta de recursos específicos para personas LGBTIQ+, el acoso y la discriminación, los patrones de violencia en las relaciones son similares a los de las relaciones heterosexuales.

¿Cómo puedo saber si estoy sufriendo violencia intragénero?

Si tu pareja te controla, si te dice con quién puedes hablar, dónde puedes ir o qué puedes hacer.

Si tu pareja te insulta o humilla: si te dice cosas desagradables sobre ti o te critica constantemente.

Si tu pareja te amenaza o intimida: si te amenaza con hacerte daño o te asusta para que hagas lo que ella quiere.

Si tu pareja te aísla: si te impide ver a tus amigos o familiares o si te aleja de ellos.

Si tu pareja te obliga a tener relaciones sexuales: si te fuerza a tener relaciones sexuales cuando no quieres o te manipula para que lo hagas.

Si tu pareja te agrede físicamente: si te empuja, te golpea o te lastima de alguna manera.

Si experimentas alguna de estas situaciones, es posible que estés sufriendo violencia intragénero. Es importante buscar ayuda y apoyo para salir de esta situación y asegurarte de estar segura, desde Quiero Psicología podemos ayudarte.

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¿Hay acoso laboral en mi empresa?

El acoso laboral o mobbing puede definirse como una serie de malos tratos psicológicos injustificados (insultos, humillaciones, aislamiento, difusión de rumores, etc.), en ocasiones incluso físicos o sexuales, por parte de superiores, compañeros de trabajo o incluso la propia empresa. Todas estas acciones se realizan de forma deliberada y ofensiva para perturbar el entorno laboral de las víctimas, hacer que se sientan intimidadas cuando van a trabajar y que terminen por abandonar su puesto de trabajo.

El objetivo de los acosadores laborales es destruir por completo a su víctima para que abandone la empresa a medio o largo plazo, mermando así su capacidad de comunicación e interacción con los compañeros, reduciendo sus responsabilidades y dirigiendo contra él críticas y mentiras infundadas de su actividad laboral e incluso acerca de su vida personal.

Existen diferentes causas por las cuales una persona puede estar siendo víctima de mobbing:

  • Diferencias significativas entre las víctimas del acoso y el resto de sus compañeros (p. ej., género, edad, procedencia, raza, orientación sexual, diversidad funcional, etc.)
  • Las víctimas pueden ser vistas como una amenaza para otros empleados, por tener más cualificación, experiencia, destrezas y habilidades.
  • Casos en los que la persona acosada tiene condiciones de trabajo más favorables que los demás empleados (mayor sueldo, más días de asuntos propios, mayor flexibilidad…)
  • Casos en los que la persona o personas acosadoras, quieren conseguir el puesto de trabajo de la/s víctima/s, el prestigio o la validación.
  • Situaciones en las que la víctima se niega a ser manipulada por sus superiores (hacer horas extras que no van a ser abonadas, trabajar más fines de semana de los estipulados por contrato, disponibilidad fuera de su horario laboral, etc) esto podría despertar la ira y las represalias del resto de compañeros que se ven obligados a ceder ante este tipo de abusos.

¿Cómo se si estoy siendo testigo de un caso de mobbing?

Estos pueden ser algunos de los comportamientos más utilizados por los acosadores:

Aislar a la persona del contacto o relación con otros compañeros de la empresa.

Difundir mentiras y falsos rumores sobre la víctima con el objetivo de promover una mala imagen y crear distanciamiento y reticencias de los demás a la hora de tratar con la víctima.  

Señalar ante terceras personas los fallos o errores de la persona acosada, humillar, ridiculizar o exagerar públicamente sus defectos.

Establecer metas y plazos inalcanzables, sin proporcionar las herramientas y el equipo necesarios para lograrlos.

Interferir en el trabajo de la víctima, esconder materiales, etc.

¿Cuáles son las consecuencias para quien lo sufre?

Dentro de las consecuencias físicas, en muchas ocasiones producidas por las somatizaciones (cuando un malestar psicológico te afecta de alguna manera en el cuerpo), encontraríamos trastornos cardiovasculares como hipertensión, arritmias, dolores en el pecho; trastornos musculares (dolores lumbares, cervicales, temblores), trastornos respiratorios (sensación de ahogo, sofocos, hiperventilación) o trastornos gastrointestinales como dolores abdominales, náuseas, vómitos, sequedad de boca.

Los síntomas psicológicos pueden ir desde nerviosismo, preocupaciones recurrentes sobre la situación de mobbing, alteraciones del sueño, sentimientos de culpabilidad, indefensión o suspicacia, hasta miedos a volver a tener que trabajar y a no ser capaz de desempeñar su trabajo adecuadamente, miedo a los pasos previos de ir al puesto de trabajo como coger el transporte público o conducir, estado de ánimo depresivo, apatía, aislamiento e incluso pensamientos recurrentes o intentos autolíticos.

Por lo tanto, si crees que puedes estar siendo victima de mobbing no dudes en pedir ayuda, desde Quiero psicología podemos ayudarte.

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La isla de las tentaciones ¿o la isla de «todo mal»?

Hace unas semanas, comenzó la quinta temporada de la Isla de las tentaciones. Como ya sabréis este programa consiste en llevar a cinco parejas a un entorno paradisiaco para que pongan a prueba su relación. Las chicas son enviadas a una villa, donde convivirán con varios pretendientes y tendrán citas, fiestas y mucho alcohol. Y los chicos, más de lo mismo. El problema es que nos sentamos en el sofá a ver un programa en el que hay muchas cosas mal, empezando por la heteronorma y terminando por la reproducción del amor romántico.

Después de cinco temporadas, a nadie se le ha ocurrido llevar parejas diversas, la gran mayoría de las personas que participan en el reality (por no decir todas) son personas cis heteros, blancas, sin ningún tipo de discapacidad y con cuerpos irreales. Que por una parte hasta te alegras de que no hayan metido a una persona gay con todos los clichés del mundo, para parecer inclusivos.

Con respecto a los cuerpos de estas personas, poco o nada se parecen a los que tenemos nosotras o vemos por la calle. Ni un pelo donde no tiene que haberlo, ni un ápice de grasa, ni flacidez, celulitis, cicatrices, ojeras, granos, canas, ni un pie más grande que otro, pechos y/o culos operados y chicos que se ponen a hacer flexiones a las 2 de la tarde al sol en la república dominicana. No podemos hablar de la relación que tienen con la comida porque prácticamente no se ve (quiero pensar que es porque durante las comidas no pasa nada interesante a nivel de salseo).

¿Cómo te afecta esta cultura en tu pareja?

Las frases de “si no estas celoso es porque no me quieres”, “Quiero verla bien, pero que tampoco demasiado bien”, “si lo pasa mal es porque me quiere” entre otras muchas, es lo más escuchado en ambas villas. Seguimos escuchando y reproduciendo los peligrosos mitos del amor romántico y al parecer, ninguna de las treinta personas que hay en la isla, se escandaliza.

Porque lo peor que puede hacer tu pareja es ponerte los cuernos, la luz de gas, la manipulación, las mentiras, la falta de comunicación, el control, la desconfianza y las faltas de respeto, no nos indignan tanto. Parece que el único modelo relacional que está bien visto es la monogamia, (y con esto no queremos decir que todo el mundo tenga que practicar el poliamor o las relaciones abiertas) y como consecuencia, la mayor muestra de amor es la exclusividad sexual.

Este tipo de programas pueden ser perjudiciales, sobre todo para les más jóvenes porque pueden sacar conclusiones equivocadas. Como por ejemplo que las personas con cuerpos no normativos, racializadas, neurodivergentes, discapacitadas, queer, y un largo etcétera, no suponemos una tentación para nadie y que por lo tanto no tenemos derecho a relacionarnos sexo afectivamente. O que, si no controlamos, no estamos celosas, no manipulamos o mentimos, ejercemos violencia de algún tipo, o nos sentimos atraídas por alguien más, dudamos, nos cuestionamos la relación, ponemos límites y los respetamos es porque no queremos a nuestras parejas, y nada más lejos de la realidad.

Si te encuentras en situaciones similares, estaremos encantadas de acompañarte y ayudarte desde el equipo de Quiero Psicología.

Gordofobia

Gordofobia en el sistema sanitario

Antes de meternos de lleno en el meollo del asunto, vamos a definir este término que se ha empezado a escuchar en los últimos años. Y como ya os podéis imaginar

La gordofobia es el odio, el rechazo, la discriminación y un largo etcétera que sufren las personas gordas por el simple hecho de estarlo.  

El bullying a la niña gorda de la clase, las críticas a la adolescente gorda por parte de sus amigas con cuerpos más normativos y por supuesto el rechazo o la indiferencia de los chicos a nivel sexoafectivo (porque aunque no estemos hablando de personas heterosexuales, todas sabemos que es lo que “te tiene” que gustar), el rechazo por parte de las empresas a la hora de acceder al mercado laboral, los comentarios de hate en redes sociales por el simple hecho de subir una foto comiendo una hamburguesa.

las ridiculizaciones de unos hombres a otros por haber tenido relaciones sexuales con una mujer gorda, las dificultades para encontrar ropa de su talla, las miradas y los cuchicheos en piscinas y playas, la incredulidad de que una mujer gorda esté con un hombre con un cuerpo normativo, la preocupación de todo el mundo por tu estado de salud, el acoso que reciben en la calle etc.

Todas estas situaciones tienen que vivir las personas gordas por el simple hecho de estarlo, sin que haya ninguna variable más por medio.

Podríamos pensar que cuando acudimos a cualquier profesional de la salud (profesiones vocacionales, que requieren de tantos años de formación) lo que va a hacer es eso, velar por nuestra salud, sin embargo, nos encontramos con innumerables situaciones de gordofobia en la consulta. Profesionales, que deberían de saber cómo afecta el estrés y la ansiedad que generan los comentarios despectivos, las ridiculizaciones y las infravaloraciones de nuestras quejas, en la salud física (presión arterial alta, insuficiencia cardiaca, diabetes, problemas hormonales, problemas dermatológicos, problemas digestivos) y por supuesto a la salud mental, que deberían saber que un cuerpo no normativo no tiene por qué estar relacionado con enfermedad y que puede haber salud en todas las tallas.

  • Carolina, mujer de 38 años que acudió en cinco ocasiones al hospital, a consecuencia de un fuerte dolor abdominal, pérdida del periodo y subida repentina de peso. Estaba EMBARAZADA, y hasta el momento de parto no se le realizó una prueba de embarazo, el único tratamiento que le dieron fue hacer dieta. No fue hasta la quinta visita al hospital cuando se la ingresó con pronóstico grave ya que tenía dos coágulos en la cabeza y demás complicaciones producidas por el parto.
  • Miguel de 43 años, acudió al médico de cabecera con dolores en la zona del tórax y dificultad para respirar, el médico le dijo que si no era Covid-19 era por estar gordo y que adelgazase. Sufría una EMBOLIA PULMONAR.

Estos son solo dos ejemplos de los tantos que hay, en atención primaria, en especialistas digestivos, ginecológicos o traumatología. Acudir al médico por dolores menstruales y que te digan que tienes que adelgazar sabiendo que nada tiene que ver con el motivo de consulta. Produciendo, por una parte, el infra diagnóstico por la vergüenza que nos ocasiona acudir a una cita médica y por la falta de pruebas que se les realizan a las personas gordas. Llegando a pensar que tienes un problema de salud y que tu cuerpo tiene algo malo y que tiene que ser cambiado a cualquier coste.

No debería ser tan difícil encontrar un profesional que te trate con lo mínimo que todas las personas se merecen: respeto

Estaremos encantados en ayudarte desde el equipo de Quiero Psicología.