violencia-pareja

La violencia en la relación de pareja

La violencia en la relación de pareja es un fenómeno complejo que afecta a millones de personas alrededor del mundo. Se trata de un patrón de comportamientos abusivos que una persona utiliza para controlar o dominar a su pareja, ya sea de manera física, emocional, psicológica, sexual o económica. Este tipo de violencia puede ocurrir en cualquier tipo de relación, sin importar la edad, el género, el estatus social o el origen cultural. A pesar de su prevalencia, la violencia en las relaciones a menudo es difícil de reconocer, debido a que puede manifestarse de formas sutiles y escalonadas.

Tipos de Violencia en la relación de pareja

  1. Violencia física: Es la forma más visible de abuso y puede incluir golpes, empujones, pellizcos, patadas, quemaduras o cualquier otro tipo de agresión física que cause daño corporal. En muchas ocasiones, la violencia física no aparece de manera aislada, sino que se combina con otros tipos de abuso.
  2. Violencia psicológica o emocional: Esta es una de las formas más insidiosas de abuso, ya que no deja marcas visibles, pero sus efectos pueden ser igualmente devastadores. Incluye amenazas, insultos, humillaciones, manipulaciones, desvalorización constante y el aislamiento de la persona de sus seres queridos. El objetivo principal de este abuso es controlar la autoestima de la víctima y hacerla sentir impotente o dependiente.
  3. Violencia sexual: Implica cualquier acto sexual no consensuado o forzado. La violencia sexual en la relación de pareja no solo se limita a la agresión física, sino que también puede incluir coerción sexual, presión para realizar prácticas no deseadas o el uso de la intimidad para controlar o dominar a la pareja.
  4. Violencia económica: Este tipo de abuso se refiere a controlar el acceso a los recursos financieros de la pareja. Puede manifestarse a través de la limitación del dinero, la desvalorización del trabajo de la pareja o el uso de la economía como una herramienta de control.
  5. Violencia verbal: Insultos, gritos, humillaciones constantes y descalificaciones son algunas de las formas más comunes de violencia verbal. Aunque no es tan física como la violencia directa, puede tener efectos duraderos en la salud mental y emocional de la víctima.

Claves para distinguir la Violencia en la relación de pareja

Desbalance de poder y control

Una de las características más definitorias de la violencia en una relación es el uso del poder para controlar a la otra persona. Si uno de los miembros de la pareja constantemente ejerce control sobre la toma de decisiones, los movimientos, las finanzas o incluso las interacciones sociales del otro, es una señal clara de que hay un abuso en juego.

Ciclos de abuso

Las relaciones abusivas a menudo siguen un patrón de ciclos que pueden ser difíciles de reconocer para quienes están involucrados. Estos ciclos suelen incluir una fase de «tensión», seguida de una «explosión» o episodio de abuso, y luego una «fase de luna de miel», en la cual el agresor puede pedir perdón, prometer cambiar y hacer todo lo posible por recuperar el afecto de la pareja. Sin embargo, con el tiempo, este ciclo se repite y la violencia se intensifica.

Aislamiento social

Uno de los métodos más comunes que utilizan los agresores es aislar a la víctima de sus amigxs, familiares y otros apoyos emocionales. El agresor puede intentar distorsionar la realidad, descalificando a la gente cercana a la víctima y creando una dependencia emocional. Esto puede dificultar que la víctima busque ayuda o incluso que reconozca que está siendo abusada.

Sentimientos de culpa y vergüenza

Las víctimas de violencia a menudo sienten culpa o vergüenza por la situación en la que se encuentran. Pueden convencerse a sí mismas de que están haciendo algo mal o que son responsables de las acciones de su pareja. Este sentimiento de culpa puede dificultar que denuncien la situación o que busquen apoyo.

Normalización del abuso

En muchas relaciones abusivas, el abuso se presenta como algo «normal» o «esperado». Las víctimas pueden llegar a creer que el abuso es parte natural de una relación o que es algo que debe ser soportado. Esta normalización es un proceso insidioso que hace que sea más difícil reconocer el abuso o que se minimicen sus efectos.

Cambios en el comportamiento y la autoestima

La violencia en una relación puede llevar a la víctima a experimentar un deterioro en su autoestima. Pueden sentirse inseguras, temerosas, deprimidas o ansiosas. A medida que el abuso aumenta, los cambios en el comportamiento de la víctima se vuelven más evidentes: la persona puede volverse más sumisa, más introvertida o más evitativa.

Cómo ayudar a las víctimas de Violencia en la relación de pareja

Es crucial que las víctimas de violencia en la relación de pareja busquen apoyo y ayuda. Aquí algunos pasos clave para brindar apoyo:

  • Escuchar sin Juzgar: si alguien confiesa ser víctima de abuso, es esencial escuchar con empatía y sin hacer juicios. La víctima necesita sentir que es escuchada y apoyada.
  • Promover la búsqueda de ayuda profesional: las víctimas de violencia deben ser alentadas a buscar ayuda de profesionales como psicólogxs o trabajadorxs sociales que puedan orientarlas sobre cómo salir de una situación abusiva.
  • Proveer recursos de apoyo: existen numerosas organizaciones y líneas de ayuda dedicadas a asistir a las víctimas de violencia. Es importante que las personas afectadas tengan acceso a estos recursos, ya sea en línea, por teléfono o en persona.
  • Reflejar comprensión y paciencia: Dejar claro que la víctima no está sola y que el abuso no es su culpa es fundamental para ayudar a que la persona recupere su confianza y su autonomía.

La violencia en las relaciones de pareja no siempre es fácil de identificar, ya que puede manifestarse de muchas formas.

Siendo conscientes de las señales y patrones comunes, podemos ofrecer apoyo efectivo a las personas que atraviesan este doloroso proceso.

Es fundamental crear conciencia sobre la violencia en las relaciones y promover una cultura de respeto y apoyo para todas las personas, independientemente de su situación. Si bien la salida de una relación abusiva puede ser un proceso difícil y largo, nunca es tarde para buscar ayuda y tomar decisiones que conduzcan a una vida más sana y libre de violencia.

bullying-por-homofobia

Bullying por homofobia

El bullying por homofobia es una experiencia profundamente dañina que deja cicatrices emocionales a largo plazo. No se trata solo de burlas o agresiones físicas; es una forma de violencia sostenida que ataca la identidad misma de la persona, afectando su autoestima y autoimagen incluso en la adultez.

¿Por qué es un trauma complejo?

Hablamos de trauma complejo cuando una persona sufre abuso o violencia de manera continuada, especialmente en etapas de desarrollo como la infancia y adolescencia. En el caso del bullying por homofobia, el daño es muy profundo porque:

  • Ataca la identidad: No es solo rechazo por una acción o característica, sino por el ser mismo de la persona.
  • Aísla y silencia: Muchas víctimas sienten que no pueden pedir ayuda por miedo al juicio social o familiar.
  • Refuerza la vergüenza y el miedo: La violencia sistemática hace que la persona internalice mensajes negativos sobre su orientación sexual.

Impacto en la autoestima y autoimagen en la adultez

Las heridas emocionales del bullying por homofobia pueden manifestarse de diversas formas en la adultez, incluyendo:

  • Autoconcepto deteriorado: La persona puede desarrollar una percepción negativa de sí misma, sintiéndose inadecuada o defectuosa.
  • Miedo al rechazo: Puede haber dificultades para establecer relaciones afectivas por temor a ser lastimadx nuevamente.
  • Hipervigilancia y ansiedad: La constante exposición a la violencia en la infancia puede generar inseguridad y miedo en entornos sociales.
  • Autocensura o disociación: Algunas personas reprimen aspectos de su identidad para evitar confrontaciones, lo que puede generar depresión y falta de autenticidad.

Sanar es posible

El primer paso para sanar es reconocer que el dolor no es culpa de quien lo sufrió. La terapia psicológica, el apoyo de comunidades LGBTQ+ y la construcción de espacios seguros pueden ayudar a reconstruir la autoestima y vivir con autenticidad.

El bullying por homofobia es una herida profunda, pero, con el tiempo, acompañamiento y resiliencia, es posible recuperar la confianza y el amor propio. Nadie debería sentir vergüenza por ser quien es. 

TLP

Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) y relaciones de pareja

El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es una condición mental compleja que afecta las emociones, las relaciones interpersonales y el comportamiento. Si sospechas que tu pareja podría tener TLP, es importante reconocer los signos comunes de este trastorno para comprender mejor su comportamiento y cómo puede influir en la relación. Sin embargo, solo una persona profesional de la salud mental puede realizar un diagnóstico definitivo.

A continuación, te compartimos algunas señales clave que podrían indicar que tu pareja tiene TLP.

Situaciones habituales si tu pareja tiene TLP

  • Inestabilidad emocional: Las personas con TLP suelen experimentar cambios rápidos y extremos de humor, pasando de sentirse muy felices a muy tristes o enojadas en poco tiempo. Esta inestabilidad emocional puede ser desconcertante y difícil de gestionar en una relación.
  • Relaciones intensas y conflictivas: Es común que las personas con TLP tengan relaciones intensas y, a menudo, inestables. Pueden idealizar a su pareja al principio, viéndola como la persona perfecta, solo para luego devaluarla y rechazarla por pequeños errores o malentendidos.
  • Miedo al abandono: El temor al abandono es un aspecto central en el TLP. Quienes lo experimentan pueden reaccionar de manera intensa ante situaciones que perciben como un posible rechazo o separación, incluso cuando no existe una amenaza real.
  • Comportamientos impulsivos y autodestructivos: Las personas con TLP pueden involucrarse en conductas impulsivas y riesgosas, como el abuso de sustancias, el gasto excesivo, la promiscuidad o las autolesiones, especialmente cuando se sienten abrumadas por sus emociones.
  • Sentimientos de vacío crónico: Muchas personas con TLP reportan una sensación constante de vacío, lo que puede llevarlas a buscar estímulos o conductas que les ayuden a llenar ese vacío emocional.
  • Problemas con la identidad: Es común que las personas con TLP tengan una identidad inestable, cambiando de intereses, valores o metas rápidamente. Esto puede hacer que sus comportamientos y decisiones parezcan erráticos o contradictorios.
  • Reacciones extremas al estrés: La baja tolerancia a la frustración puede hacer que las personas con TLP reaccionen de manera desproporcionada ante eventos cotidianos, lo que puede generar conflictos en la relación.

Si notas varios de estos signos en tu pareja, es posible que tenga TLP. En este caso, es fundamental buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico adecuado y explorar opciones de tratamiento, como la terapia dialéctico-conductual (TDC), que ha demostrado ser eficaz para quienes viven con este trastorno.

El impacto del TLP en la pareja

El TLP no solo afecta a quien lo experimenta, sino que también tiene un impacto profundo en quienes le rodean, especialmente en sus relaciones afectivas. Si estás en pareja con alguien que tiene TLP, es importante comprender cómo este trastorno puede influir en tu bienestar emocional y mental.

Efectos que podrías experimentar

  • Altibajos emocionales constantes: las personas con TLP suelen experimentar cambios emocionales intensos y rápidos, lo que puede generar un ambiente impredecible en la relación. Un día todo puede parecer estar bien, y al siguiente, todo puede cambiar sin previo aviso, creando una sensación de tensión constante. Estos altibajos emocionales pueden generar estrés y ansiedad en su pareja, ya que muchas veces sienten que deben estar en constante alerta para manejar las emociones cambiantes de la otra persona, lo cual puede resultar agotador.
  • Inseguridad y agotamiento emocional: el miedo al abandono es un síntoma central del TLP. Quienes lo padecen pueden temer constantemente que su pareja les deje, lo que puede llevarles a buscar atención excesiva o a comportamientos de dependencia. En algunos casos, este miedo puede derivar en conductas desesperadas para evitar el abandono, lo que genera desgaste emocional en la pareja. Si tu pareja con TLP muestra estas conductas, podrías empezar a sentir que no importa lo que hagas, nunca es suficiente para satisfacer sus necesidades emocionales. Esto puede hacerte sentir agotade, insegure y culpable, lo que afecta tu bienestar personal y la dinámica de la relación.
  • Confusión por la dinámica de la relación: una característica común del TLP es la alternancia entre idealización y devaluación. Esto significa que tu pareja puede verte como la persona más importante y admirable en un momento, y luego desvalorizarte poco después. Esta oscilación emocional puede dejarte confundide y con dificultades para comprender la relación.
  • Impacto en tu bienestar mental: estar en una relación con alguien que tiene TLP puede afectar tu propia salud mental. Las dificultades para entender sus reacciones emocionales o la sensación de no poder hacer nada para aliviar su sufrimiento pueden generar ansiedad, tristeza y desesperación. Si constantemente debes lidiar con reacciones impulsivas e intensas, podrías sentirte frustrade, confundide y estresade. Con el tiempo, esto puede erosionar tu bienestar y generar sentimientos de impotencia.
  • Comportamientos impulsivos y destructivos: las personas con TLP pueden involucrarse en conductas impulsivas o autodestructivas como una forma de lidiar con sus emociones. Esto puede incluir el abuso de sustancias, gastos excesivos, autolesiones o crisis de furia descontrolada. Si te encuentras en una relación con alguien que exhibe estas conductas, podrías sentir una gran angustia y desesperación, ya que puede ser difícil saber cómo actuar para ayudarle sin poner en riesgo tu propia salud emocional.
  • Dificultad para mantener límites saludables: el TLP puede dificultar la creación y el mantenimiento de límites sanos en la relación. La persona con este trastorno puede ser muy demandante, lo que puede llevarte a priorizar sus necesidades por encima de las tuyas. Esto puede hacer que los límites se vuelvan difusos, lo que a su vez genera resentimientos y agotamiento emocional. Además, quienes tienen TLP pueden interpretar cualquier intento de establecer límites como un rechazo, lo que puede hacerte sentir culpable por cuidar de tu propio espacio emocional.
  • Aislamiento social: las dificultades emocionales y de relación con una pareja que tiene TLP pueden llevarte a aislarte de tu círculo social. La relación podría volverse una prioridad absoluta, descuidando así las amistades y vínculos familiares. En algunos casos, tu pareja puede intentar alejarte de otras personas por celos, inseguridad o miedo al abandono. Este aislamiento puede volverte más vulnerable, al reducir tu red de apoyo emocional.

¿Qué puedes hacer?

Si estás en una relación con alguien que tiene TLP, es fundamental que tomes medidas para cuidar de tu bienestar emocional:

  • Establecer límites claros: es importante que ambas personas comprendan qué es aceptable y qué no en la relación. Los límites saludables evitan que te veas absorbide por las necesidades emocionales de tu pareja.
  • Buscar apoyo emocional: hablar con amigues, familiares o unx terapeuta puede ayudarte a procesar tus emociones y obtener una perspectiva externa. Contar con una red de apoyo es clave para mantener tu bienestar mental.
  • Terapia individual o de pareja: la terapia profesional puede ser beneficiosa tanto para la persona con TLP como para su pareja. Si la relación es difícil, la terapia de pareja o individual puede proporcionar herramientas para manejar la dinámica.

Estar en una relación con alguien que tiene TLP puede ser emocionalmente desafiante. Sin embargo, al establecer límites claros, buscar apoyo y priorizar tu salud emocional, puedes afrontar los desafíos que presenta la relación y proteger tu propio bienestar. Recuerda que tu felicidad y salud también son fundamentales.

ghosteo-en-apps-de-ligue

Ghosteo en Apps de ligue

El «ghosteo» en apps de ligue es un fenómeno social que ocurre cuando una persona corta toda comunicación sin previo aviso en entornos digitales, como las aplicaciones de citas. Esta forma de evasión, sin explicaciones ni despedidas, puede afectar la autoestima y el bienestar emocional de la persona ghosteada, influyendo en su percepción sobre las relaciones y su propio valor.

¿Por qué ocurre el ghosteo?

Desde el punto de vista psicológico, hay varias razones por las cuales una persona puede optar por desaparecer sin dar explicaciones:

  1. Evitar conversaciones incómodas: Algunas personas prefieren cortar la comunicación abruptamente en lugar de afrontar una despedida o un rechazo directo.
  2. Falta de habilidades sociales y emocionales: Quienes tienen dificultades para expresar sus emociones pueden usar el ghosteo como una forma de evitar la confrontación.
  3. Cultura de inmediatez y gratificación instantánea: En las apps de ligue, donde las opciones parecen ilimitadas, algunas personas tratan las relaciones de forma desechable.
  4. Dinámica de las plataformas digitales: La facilidad para conocer a nuevas personas puede hacer que algunas interacciones se abandonen sin previo aviso.

Consecuencias del Ghosteo en la Salud Mental

Ser ghosteado puede generar diferentes respuestas emocionales y afectar la confianza en las relaciones. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen:

  • Duda sobre el propio valor: La falta de explicación puede hacer que la persona ghosteada cuestione si hizo algo mal.
  • Ansiedad y rumiación: La incertidumbre sobre lo sucedido puede generar estrés y pensamientos repetitivos.
  • Miedo al rechazo futuro: Después de experimentar ghosteo varias veces, algunas personas pueden desarrollar resistencia a involucrarse emocionalmente.
  • Impacto en la autoestima: Puede reforzar sentimientos de inseguridad, especialmente en personas con antecedentes de experiencias negativas en sus relaciones.

Estrategias para Afrontar el Ghosteo

Si bien el ghosteo puede ser doloroso, hay formas de manejarlo de manera saludable y minimizar su impacto emocional:

  1. No tomarlo como algo personal: La decisión de ghostear suele estar más relacionada con las limitaciones emocionales del otro que con la valía propia.
  2. Regulación emocional: La regulación emocional es clave para evitar que el ghosteo genere una respuesta desproporcionada de estrés o ansiedad. Algunas estrategias efectivas incluyen:
    • Identificar y aceptar las emociones: En lugar de reprimir el enojo o la tristeza, reconocer estos sentimientos ayuda a procesarlos de manera saludable.
    • Respiración diafragmática y meditación: Técnicas como la respiración y la meditación guiada pueden ayudar a calmar la mente y reducir la activación.
    • Reinterpretación cognitiva: Enfocar la situación desde una perspectiva menos personal y más objetiva ayuda a reducir la carga emocional negativa.
  1. Reforzar la autoestima y la resiliencia: Recordar las propias cualidades y rodearse de personas que valoran la relación es clave para superar el impacto del ghosteo.
  2. Exposición gradual a nuevas interacciones: No permitir que una mala experiencia defina futuras relaciones. Construir vínculos de calidad es un proceso continuo.

El ghosteo es una realidad frecuente en el mundo digital, y aunque puede ser frustrante y doloroso, no debe definir la forma en que nos percibimos a nosotros mismos ni nuestra capacidad de conectar con otros. Con una mentalidad adecuada y estrategias emocionales saludables, es posible afrontar el ghosteo sin que afecte nuestro bienestar y nuestras futuras relaciones.

No obstante, si es algo que te afecta en tu día a día y te impide dar el paso hacia aquello que deseas, desde Quiero psicología podemos ayudarte a conseguir esos objetivos.

abuso-sexual-infantil

Síntomas del Abuso Sexual Infantil (ASI)

El ASI es profundamente traumático y afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. Este tipo de abuso presenta sintomatología psicológica, física y conductual aguda y a medio-largo plazo. A continuación, se exponen los principales síntomas asociados al ASI, cómo se manifiestan en diferentes edades y qué hacer ante la sospecha de abuso.

Síntomatología psicológica

  • Ansiedad y miedo: lxs niñxs que han sido abusados sexualmente suelen vivir con un miedo constante. Este miedo puede estar dirigido hacia el abusador o hacia situaciones que les recuerden el abuso. También pueden desarrollar fobias o ansiedad generalizada, incluyendo temor excesivo a la oscuridad, a quedarse solxs o a ciertas personas.
  • Depresión y tristeza persistente: el abuso sexual infantil a menudo provoca sentimientos intensos de tristeza, desesperanza y vacío. Algunxs niñxs pueden presentar síntomas de depresión, como pérdida de interés en actividades que solían disfrutar, irritabilidad o irascibilidad, cambios en el apetito, enuresis nocturna o problemas de sueño.
  • Baja autoestima y culpa: muchxs niñxs internalizan el abuso creyendo que es culpa suya o que de alguna manera lo merecen. Esto puede llevar a un deterioro de la autoestima, sentimientos de vergüenza tóxica y una percepción negativa de sí mismxs.
  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): el ASI puede desencadenar síntomas de TEPT, como:
    • Flashbacks o recuerdos intrusivos del abuso.
    • Pesadillas recurrentes.
    • Evitación de personas, lugares o situaciones que recuerden el trauma.
    • Hipervigilancia, sobresaltos fáciles y sensación constante de peligro.
    • Trastornos del sueño.

Síntomas conductuales

El comportamiento puede ser una ventana hacia su mundo emocional. Los síntomas conductuales asociados al ASI incluyen:

  • Regresión en el desarrollo: niñxs pequeñxs pueden regresar a comportamientos más propios de edades anteriores, como mojar la cama, chuparse el dedo o aferrarse excesivamente a lxs cuidadorxs.
  • Cambios drásticos en el comportamiento.
  • Agresividad inusual o comportamiento desafiante.
  • Aislamiento social o pérdida de interés en interactuar con amigxs o familiares.
  • Aparición de conductas sexualizadas inapropiadas para su edad como lenguaje sexual explícito, juegos sexuales con otrxs niñxs o curiosidad extrema por temas sexuales.
  • Conductas autodestructivas: en niñxs mayores o adolescentes, el abuso puede conllevar:
    • Autolesiones como cortarse o quemarse.
    • Abuso de sustancias como alcohol o drogas.
    • Comportamientos temerarios o de riesgo, incluyendo actividades sexuales inadecuadas.
  • Dificultades escolares: disminución en el rendimiento académico, problemas de concentración, evitación de la escuela o aumento en las ausencias injustificadas.

Sintomatología física

Aunque los síntomas psicológicos y conductuales son más comunes, algunos signos físicos pueden ser indicativos de abuso sexual:

  • Dolor, irritación o lesiones en el área genital.
  • Infecciones de transmisión sexual (ITS) en niñxs.
  • Dolor inexplicable en el abdomen o en otras partes del cuerpo.
  • Alteraciones en el sueño, como insomnio o pesadillas frecuentes.
  • Alteraciones físicas de cualquier índole sin etiología clara.

Factores que influyen en los síntomas

La forma en que los síntomas se manifiestan puede variar según diversos factores:

  • Edad del niñx: lxs niñxs más pequeñxs pueden mostrar síntomas más conductuales, mientras que los adolescentes pueden expresar el trauma a través de conductas autodestructivas.
  • Duración del abuso: un abuso prolongado tiende a generar síntomas más graves y persistentes.
  • Relación con el abusador: si el abusador es alguien cercano, como un familiar, las secuelas suelen ser más intensas debido a la traición de confianza.
  • Apoyo recibido: lxs niños que cuentan con un sistema de apoyo sólido pueden manejar mejor los síntomas que aquellxs que enfrentan el trauma en aislamiento.

Detectar estas señales es crucial para intervenir de manera temprana y brindar el apoyo necesario a las víctimas.

familia-tóxica

La falsa imagen de la «familia feliz»

En muchas culturas, la familia es retratada como un núcleo de amor incondicional y apoyo mutuo. Sin embargo, para millones de personas, esta idealización contrasta con una realidad marcada por conflictos, críticas, manipulación o incluso abuso. La presión social para mantener la apariencia de una familia «feliz» puede hacer que las personas minimicen su sufrimiento y, lo que es peor, se sientan culpables por tener pensamientos negativos hacia sus propios familiares.

Familias tóxicas: Características comunes

Aunque cada familia tiene dinámicas únicas, hay ciertos patrones de comportamiento que suelen caracterizar a las familias tóxicas:

  1. Control excesivo: Se ignoran los límites individuales, y las decisiones importantes se toman sin consultar al miembro afectado.
  2. Manipulación emocional: Los miembros utilizan la culpa, el chantaje emocional o la victimización para obtener lo que desean.
  3. Críticas constantes y desprecio: Minimizar logros, hacer comentarios hirientes o descalificar las emociones de los demás.
  4. Abusos: El maltrato, del tipo que sea, es una forma clara de toxicidad.
  5. Rivalidades y favoritismo: Comparar a los hijos entre sí o fomentar rivalidades que fragmentan la unidad familiar.
  6. Negación de los problemas: Las dinámicas tóxicas suelen justificarse o ignorarse, lo que perpetúa el daño.

Impacto psicológico de las familias tóxicas

Vivir en un entorno familiar tóxico puede tener efectos duraderos en la salud mental y emocional.

Baja autoestima: Las críticas constantes y la falta de validación emocional pueden hacer que las personas se sientan inadecuadas.

Ansiedad y depresión: La toxicidad familiar puede generar un estrés crónico que afecta la salud mental.

Dificultades en las relaciones futuras: Las dinámicas familiares disfuncionales suelen influir en cómo las personas establecen y mantienen relaciones con amigos, parejas o compañeros.

Sentimiento de culpa: La presión cultural y familiar puede hacer que las personas se sientan responsables por los conflictos, incluso cuando no lo son.

Cómo gestionar la toxicidad familiar

Reconocer que una familia es tóxica puede ser difícil, pero es el primer paso hacia el cambio.

Reconocer y Aceptar la Realidad

     El primer paso es admitir que la familia tiene patrones tóxicos. Identificar los comportamientos problemáticos, como críticas destructivas o manipulación emocional.

    Reconocer cómo estos patrones afectan tu bienestar físico y emocional y entender que admitir la toxicidad no significa que no quieras a tu familia, sino que estás priorizando tu salud mental.

    • Gestionar la Culpa

    Reformula la narrativa: Cambia el enfoque de «Estoy traicionando a mi familia» a «Estoy cuidando de mí mismo» y valida tus emociones.

    • Establecer Límites Claros

    Definir qué comportamientos no estás dispuesto a tolerar, como críticas constantes o invasión de privacidad y comunicarlos de manera asertiva pero respetuosa.

    • Evaluar la Necesidad de Distancia

    En algunos casos, mantener distancia física o emocional de ciertos miembros de la familia puede ser necesario. Esto no significa necesariamente cortar lazos para siempre, sino crear espacio para cuidarte. Comunica tu decisión con claridad y calma y prioriza tu bienestar sin sentir la necesidad de justificarte.

    • Construir una Familia Elegida

    Independientemente de que la familia biológica no cumpla un rol de apoyo no, es beneficioso construir relaciones significativas con amigos, colegas o comunidades que compartan tus valores. Estas «familias elegidas» pueden proporcionar el amor y la estabilidad que necesitas.

    • Buscar Apoyo Terapéutico

    En algunos casos, además de todo lo anterior también sería necesario pedir ayuda profesional. En Quiero Psicología podemos ayudarte a procesar las emociones difíciles, como la culpa, la ira y el duelo, identificar patrones familiares dañinos y ver cómo te afectan en tu día a día y finalmente desarrollar habilidades para establecer límites y tomar decisiones alineadas con tus valores.

    abuso-sexual-infantil

    ¿Por qué se oculta el abuso sexual infantil (ASI)?

    El abuso sexual infantil (ASI) es una de las experiencias más devastadoras que un ser humano puede enfrentar, especialmente durante las etapas más vulnerables de su desarrollo. Este acto traumático deja profundas cicatrices psicológicas, emocionales y sociales que pueden acompañar a la persona a lo largo de su vida.

    ¿Por qué se oculta?

    El ASI se oculta con frecuencia por una combinación de factores psicológicos, sociales y culturales que perpetúan el silencio. Entender por qué ocurre es fundamental para romper el ciclo de abuso y proteger a las víctimas.

    Temor y amenazas por parte del perpetrador

    Muchos abusadores utilizan amenazas o manipulación emocional para garantizar el silencio de la víctima. Estas amenazas pueden incluir: daño físico o emocional a la víctima o a sus seres queridos; advertencias de que nadie les creerá si hablan; aislamiento emocional haciendo que la víctima sienta que no tiene a quién acudir.

    Vergüenza y culpa de la víctima

    Las víctimas de ASI, especialmente lxs niñxs, suelen sentirse responsables del abuso, aunque no lo sean. Esta culpa se origina porque los perpetradores pueden manipularlos para que crean que ellxs provocaron la situación, o porque lxs niñxs no entienden la dinámica de poder involucrada. Además, la vergüenza asociada a un tema tan íntimo hace que muchas víctimas prefieran callar antes que enfrentar la posible humillación.

    Normalización o confusión

    En algunos casos, el abuso ocurre en un contexto en el que la víctima no entiende que lo que está ocurriendo es incorrecto. Esto es especialmente común cuando el abuso comienza a edades tempranas o si el abusador es alguien en quien confían profundamente. Las víctimas pueden confundir el abuso con expresiones de afecto, lo que dificulta que lo denuncien.

    Factores culturales y sociales

    En muchas sociedades, hablar abiertamente sobre temas relacionados con la sexualidad sigue siendo un tabú, lo que dificulta que las víctimas encuentren un espacio para expresarse. Las víctimas temen ser juzgadas, etiquetadas o discriminadas si revelan el abuso.

    Dinámicas familiares

    Cuando el abuso ocurre dentro del entorno familiar, el silencio es más común debido a:

    • Protección del abusador: otrxs miembros de la familia pueden minimizar o encubrir el abuso para evitar conflictos o proteger la «reputación» de la familia.
    • Dependencia económica o emocional: si el abusador es un sostén económico o emocional importante, algunxs miembros de la familia pueden preferir ignorar el abuso.
    • Miedo a desintegrar la familia: las víctimas temen que al hablar provoquen rupturas familiares irreparables.
    • Falta de confianza en las autoridades.

    En muchos casos, las víctimas no denuncian el abuso porque no confían en que las autoridades tomarán medidas efectivas o porque temen represalias. Esto puede deberse a experiencias previas de impunidad en casos similares; temor a procesos legales largos y re-traumatizantes; inexistencia de un sistema de apoyo para proteger a las víctimas;

    Internalización del silencio por parte de la sociedad

    La sociedad misma, al no fomentar un entorno seguro y abierto para hablar sobre el abuso, refuerza la cultura del silencio. Frases como «no hables de eso» o el escepticismo hacia las denuncias crean barreras adicionales para que las víctimas se expresen.

    Desconocimiento infantil

    En el caso de lxs niñxs, muchas veces no tienen el lenguaje o la comprensión necesarios para describir lo que les ha sucedido. Pueden sentir que algo está mal, pero no saben cómo explicarlo o a quién acudir.

    ¿Cómo romper el silencio?

    Para combatir este silencio es necesario:

    • Promover la educación sexual desde temprana edad: enseñar a lxs niñxs a identificar comportamientos inapropiados y a buscar ayuda.
    • Crear redes de apoyo confiables: garantizar que las víctimas tengan acceso a espacios seguros para hablar sin temor a ser juzgadas.
    • Capacitar a lxs adultos: padres, madres, profesorxs y profesionales deben aprender a detectar señales de abuso y responder de manera adecuada.
    • Desafiar los tabúes sociales: hablar abiertamente sobre el ASI y sus consecuencias ayuda a desestigmatizar el tema.

    El silencio es una de las mayores armas del abuso sexual infantil. Romperlo requiere valentía de las víctimas pero también un esfuerzo colectivo de la sociedad para crear un entorno donde el apoyo y la justicia sean accesibles para todos.

    Y si por fin, tú o tu ser querido ha podido romper este tabú y ha podido contar lo que ha sufrido, desde Quiero Psicología podemos ayudarlo.

    bisexualidad

    Qué no decirle a una persona bisexual

    La bisexualidad es una orientación sexual común y, a la vez, una de las más invisibilizadas. Aunque muchas personas se identifican como bisexuales, enfrentan prejuicios que afectan la manera en que son percibides y tratades. La bifobia se manifiesta en comentarios y actitudes que niegan la identidad bisexual, minimizan sus vivencias o las asocian con estigmas negativos. Esto es especialmente evidente en mujeres bisexuales, quienes suelen ser hipersexualizadas y vistas como objetos de fantasía, mientras que a los hombres bisexuales se les cuestiona su masculinidad y se les asocia con una homosexualidad reprimida.

    Borrado bisexual

    El borrado bisexual es un tipo de invisibilización y negación de la bisexualidad, en la que se minimiza, ignora o directamente niega la existencia de esta orientación sexual. Ocurre cuando se asume que todas las personas atraídas por más de un género son en realidad homosexuales o heterosexuales «confuses» o «indecises». Este fenómeno puede observarse tanto en la sociedad en general como dentro de la comunidad LGBT+, y suele manifestarse en frases o actitudes que sugieren que la bisexualidad es solo una «fase», una «transición» o una orientación menos válida.

    El borrado bisexual se refleja en los medios de comunicación, donde los personajes bisexuales son frecuentemente representados como promiscuos, indecisos o se les define exclusivamente por relaciones con un solo género. También se da en espacios académicos y médicos, donde se tiende a ignorar las experiencias y necesidades de las personas bisexuales. Este borrado tiene consecuencias graves para la salud mental y emocional, ya que invalida las experiencias de las personas bisexuales y aumenta la presión para ajustarse a la heteronormatividad o a la homosexualidad, provocando aislamiento, ansiedad y conflictos de identidad.

    Actitudes bifóbicas

    Para construir un ambiente respetuoso, es importante cuestionarse sobre expresiones que pueden resultar ofensivas para las personas bisexuales. A continuación, se presentan ejemplos de frases bifóbicas comunes y una breve explicación de por qué son inapropiadas:

    • «Todes somos bisexuales»: Esta frase minimiza la orientación bisexual al reducirla a una supuesta experiencia universal, trivializando los desafíos específicos de esta identidad.
    • «¿Te gustan más los chicos o las chicas?»: Al preguntar esto, se asume que la atracción debe medirse o jerarquizarse entre géneros, lo cual es innecesario. Les bisexuales pueden sentir atracción sin necesidad de una preferencia clara.
    • «Es solo una fase, te decidirás»: Esto sugiere que la bisexualidad es algo temporal. Invalida la identidad bisexual y asume que es solo una etapa de transición hacia la homosexualidad o la heterosexualidad.
    • «¿Has hecho algún trío?» o «¿Entonces eres poliamorose?»: Estas preguntas asocian la bisexualidad con promiscuidad o hipersexualización, lo cual es un estereotipo limitante.
    • «¿Por qué no te decides?»: Sugiere que la bisexualidad es una forma de indecisión, cuando en realidad es una orientación completa en sí misma.
    • «Lo haces por moda»: Esto trivializa la bisexualidad al insinuar que es una «tendencia» o elección superficial, ignorando las experiencias y sentimientos de cada persona bisexual.
    • «Eres mitad homo, mitad hetero»: Simplifica la bisexualidad como una mezcla de dos orientaciones, cuando en realidad es una orientación única y completa.
    • «¿Con cuál lo pasas mejor?»: Asume que debe haber una preferencia entre géneros, cuando muches bisexuales no necesitan jerarquizar su atracción.
    • «Solo te atraen hombres y mujeres cisgénero»: Este concepto es anticuado, ya que hoy se reconoce que la bisexualidad incluye atracción por personas de cualquier género, no solo cisgénero.
    • «La bisexualidad está de moda»: Esto sugiere que la bisexualidad es algo pasajero, trivializando la identidad y las experiencias de muchas personas.

    Evitar estas expresiones ayuda a construir un ambiente de respeto hacia las personas bisexuales y a fomentar una comunicación libre de prejuicios.

    En conclusión, la bisexualidad enfrenta muchas formas de invisibilización, desde estigmas y estereotipos hasta una limitada representación en medios y en políticas LGBT+. La estigmatización hacia las personas bisexuales tiene graves consecuencias para su salud mental, como ansiedad, depresión y aislamiento social, ya que enfrentan rechazo y prejuicios tanto en entornos heterosexuales como en la comunidad LGBT+. Estos factores, sumados a la presión constante por «definir» su identidad, dificultan la autoaceptación y pueden generar conflictos internos que afectan su autoestima. Además, el estrés crónico y la falta de apoyo pueden llevar al abuso de sustancias y a un mayor riesgo de pensamientos suicidas. Para mitigar estos efectos, es fundamental fomentar entornos inclusivos y promover una educación que visibilice y respete la bisexualidad.

    Y si tienes problemas para aceptar tu bisexualidad o están sufriendo bifobia en Quiero Psicología podemos ayudarte.

    narcisista-amor

    ¿Por qué los narcisistas resultan atractivos?

    1. La seguridad excesiva como atracción inicial: Las personas con rasgos narcisistas suelen proyectar una imagen de extrema seguridad en sí mismas. Este tipo de autoconfianza es percibido por muchos como un indicador de éxito, atractivo y estabilidad emocional, características que, en un principio, resultan deseables en una pareja. Sin embargo, esta seguridad suele ser superficial y, a menudo, enmascara una profunda necesidad de validación externa y una autoestima frágil que depende de la atención de los demás.

    2. Idealización rápida, la fase de «luna de miel»: El narcisista suele iniciar la relación idealizando a la otra persona. Esta fase es conocida como «love bombing», y en ella el narcisista dedica atención constante, elogios y afecto, haciéndole creer a su pareja que ha encontrado a alguien único e ideal. Este comportamiento intenso y apasionado puede ser interpretado como amor genuino, cuando en realidad es una estrategia para crear un fuerte apego emocional y una dependencia afectiva.

    3. La capacidad para «leer» las necesidades de la otra persona: El narcisista tiene un talento especial para detectar las inseguridades y necesidades emocionales de su pareja. Esta habilidad les permite adaptarse y mostrarse como la «respuesta perfecta» a esos deseos o carencias, creando una ilusión de compatibilidad que suele ser temporal. Con el tiempo, la persona narcisista tiende a revelar un interés casi exclusivo en satisfacer sus propias necesidades y expectativas.

    4. La dinámica de refuerzos intermitentes: Una de las tácticas más comunes en los narcisistas es el uso de refuerzos intermitentes, un ciclo en el que alternan entre comportamientos amorosos y momentos de rechazo o indiferencia. Este cambio impredecible genera en la pareja un estado de ansiedad e inseguridad emocional, que paradójicamente la hace más propensa a buscar el afecto del narcisista. Este ciclo genera un vínculo adictivo, donde cada «recompensa» emocional crea una sensación de alivio temporal, aumentando la dependencia y el apego emocional.

    Cómo reconocer a una persona narcisista

    Si bien todos tenemos algo de narcisismo natural, las personas con un patrón narcisista disfuncional presentan señales específicas que podemos aprender a identificar.

    1. Falta de empatía: Las personas narcisistas pueden mostrar un alto grado de interés en los problemas de los demás al principio, pero con el tiempo tienden a minimizar las emociones ajenas o a mostrarse indiferentes. Esto se debe a que carecen de una empatía genuina, y su interés inicial suele ser una estrategia para establecer control en la relación.

    2. Necesidad constante de admiración: El narcisista necesita que su pareja o círculo cercano lo admire constantemente. Si no se le da la suficiente atención o elogio, suele reaccionar con frustración, enojo o incluso desprecio, exigiendo que las miradas y el afecto se enfoquen siempre en su persona.

    3. Manipulación y gaslighting: El «gaslighting» es una forma de manipulación emocional en la que el narcisista distorsiona la realidad de la otra persona para hacerla dudar de su percepción o juicio. Pueden negar que dijeron o hicieron algo, tergiversar los hechos o proyectar sus propios errores en los demás, generando así inseguridad en su pareja y manteniendo el control emocional de la relación.

    4. Sentido de superioridad: Las personas con narcisismo disfuncional tienden a creer que son especiales y únicas. Este sentido de superioridad a menudo se manifiesta en el desprecio hacia los demás y en una actitud de arrogancia, que hace difícil construir una relación equilibrada. Buscan rodearse de personas que refuercen su percepción de superioridad, despreciando a quienes no encajan en sus estándares idealizados.

    5. Falta de responsabilidad en conflictos: El narcisista tiende a no aceptar responsabilidad en los problemas. Es común que culpe a su pareja o a circunstancias externas por los desacuerdos y desaciertos. Esta incapacidad para asumir errores es una forma de proteger su autoestima, que, aunque puede parecer alta, es en realidad frágil y dependiente de la admiración ajena.

    ¿Por qué algunas personas se sienten atraídas hacia los narcisistas?

    Existen ciertos patrones psicológicos que pueden hacer que algunas personas sean más propensas a engancharse con individuos narcisistas. Algunas de estas características incluyen:

    1. Baja autoestima: Las personas que buscan validación externa para sentirse valiosas son más vulnerables a la idealización inicial de los narcisistas y tienden a confundir la intensidad de esta fase con amor genuino.
    2. Necesidad de aprobación: La búsqueda de aceptación y aprobación puede hacer que las personas pasen por alto las señales de alerta y se esfuercen en complacer al narcisista, sin darse cuenta de que están entrando en una dinámica desequilibrada y emocionalmente dañina.
    3. Patrones de apego ansioso: Las personas con este tipo de apego tienden a preocuparse en exceso por la relación y buscan constantemente la seguridad y el afecto de su pareja. Esto las hace propensas a soportar el ciclo de refuerzos intermitentes y a volverse dependientes del narcisista.
    4. Falta de límites personales: Las personas que no tienen límites claros son más susceptibles a las manipulaciones del narcisista, ya que suelen priorizar las necesidades ajenas sobre las propias, dejando que el narcisista controle la dinámica de la relación.

    ¿Cómo protegerse de personas narcisistas y evitar relaciones tóxicas?

    La buena noticia es que es posible protegerse y evitar caer en relaciones dañinas.

    1. Desarrolla tu autoestima y autoconcepto: Al valorarte y conocerte a ti mismo, reduces la necesidad de buscar validación externa, lo que te hace menos vulnerable a la idealización y manipulación de los narcisistas.
    2. Establece límites claros: Definir y respetar tus propios límites te ayudará a evitar dinámicas de abuso emocional y te permitirá reconocer cuando alguien está tratando de manipularte o explotar tus emociones.
    3. No ignores las señales de alerta: La intuición suele ser un indicador valioso. Si notas comportamientos que te hacen sentir incómodo o manipulado, presta atención y toma medidas para protegerte emocionalmente.
    4. Fortalece tus relaciones sanas: Mantén y cultiva relaciones con personas que te aporten bienestar y que te respeten. Estas relaciones te servirán de apoyo y te ayudarán a mantener una perspectiva saludable.

    Además de todo lo anterior, se recomienda buscar apoyo profesional si ya nos hemos visto envueltas en situaciones de este tipo en el pasado. La terapia puede ayudarte a desarrollar habilidades para reconocer patrones de dependencia emocional, a reforzar tu autoestima y a tomar decisiones sanas en tus relaciones. En Quiero Psicología podemos ayudarte.

    ansiedad-viajes.

    Siempre soy quién organiza los viajes

    Organizar viajes puede ser una tarea emocionante, pero también puede volverse abrumadora, especialmente si siempre recae sobre tus hombros. Cuando eres la persona que se encarga de planificar cada detalle, es fácil sentir que llevas una carga desproporcionada, lo que puede llevar al agotamiento. A continuación, te propongo algunas estrategias para distribuir mejor las responsabilidades y disfrutar más del proceso de planificar y vivir el viaje.

    1. Comunica tus expectativas desde el principio

    Es crucial que expreses desde el inicio lo que esperas de los demás. Si no deseas asumir toda la responsabilidad, hazlo saber. Una conversación abierta sobre las tareas a repartir ayudará a establecer un entendimiento mutuo. Por ejemplo, podrías decir: «Me encantaría que todos tuviéramos un papel activo en la planificación del viaje para que no recaiga todo en una sola persona.»

     2. Divide las tareas de manera equitativa

    En lugar de hacer todo tú mismo, divide las responsabilidades entre los miembros del grupo. Algunas tareas que se pueden repartir incluyen:

    – Investigación de destinos: Delega la búsqueda de actividades o restaurantes a otras personas del grupo.

    – Reservas: Asigna a alguien la responsabilidad de hacer las reservas de hoteles o actividades.

    – Logística: Otra persona puede encargarse de coordinar los traslados o el transporte.

    Al dividir las tareas, no solo aligeras tu carga, sino que también involucras a todos en el proceso, lo que puede hacer que el viaje sea más significativo para todos.

    3. Establece un calendario de plazos.

    Organizar un viaje puede requerir de decisiones en momentos específicos, como reservar vuelos con antelación o asegurarse de que las actividades estén confirmadas. Establecer un calendario de plazos ayuda a que cada miembro del grupo sepa cuándo deben completar sus tareas. Puedes crear un grupo de chat o una hoja compartida para seguir el progreso de las tareas asignadas.

    4. Permite que otros tomen decisiones.

    A veces, la carga no solo viene del trabajo de organizar, sino de la presión de tomar todas las decisiones. Es importante que todos participen en la toma de decisiones clave. Esto podría incluir elegir el destino, decidir el tipo de alojamiento o seleccionar las actividades principales. Permitir que los demás opinen no solo distribuye la responsabilidad, sino que también aumenta la satisfacción del grupo con las elecciones finales.

    5. Acepta la imperfección.

    Parte de la carga que sientes al organizar puede provenir de querer que todo salga perfecto. Sin embargo, es importante recordar que un viaje puede ser maravilloso incluso si no todo sale según lo planeado. Aceptar la imperfección te permitirá disfrutar más del viaje y reducir el estrés asociado con la planificación.

    6. Considera delegar a un profesional.

    Si realmente te sientes abrumado y el presupuesto lo permite, considerar contratar a un agente de viajes o un planificador de itinerarios puede ser una opción. Ellos pueden encargarse de la mayor parte de la logística, permitiéndote disfrutar más del viaje y concentrarte en los aspectos que realmente te interesan.

    7. Pide apoyo emocional y reconocimiento.

    Es normal que, al asumir la responsabilidad de organizar un viaje, sientas que necesitas apoyo emocional. Pide a tus compañeros de viaje que reconozcan tu esfuerzo. A veces, unas simples palabras de agradecimiento pueden aliviar mucho la carga emocional.

    8. Evalúa al final.

    Después de cada viaje, es útil reflexionar sobre lo que funcionó bien en la organización y lo que no. Habla con tus compañeros sobre cómo se sintieron con la distribución de tareas y si hay algo que se pueda mejorar para futuros viajes. Esto no solo ayuda a mejorar la dinámica del grupo, sino que también te permite aprender y hacer ajustes para futuros viajes.

    Organizar viajes no tiene por qué ser una carga solo para una persona. Al comunicarte abiertamente, dividir tareas, y permitirte a ti mismo disfrutar del proceso sin buscar la perfección, puedes aliviar el estrés asociado con la planificación y asegurarte de que todos los involucrados tengan una experiencia memorable. Recuerda que, al final, el objetivo es disfrutar del viaje, no solo el destino.

    Y si consideras que eres tú siempre el que organiza todo, el que cuida a los demás y que tienes un patrón de cuidador acude a nosotras.