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San Valentín y los bulos sobre el amor.

14 de febrero, San Valentín.

Hemos sufrido o disfrutado de la publicidad relacionada con San Valentín, regalos exclusivos para parejas, planes románticos…

Esta saturación de mensajes esconde un fin consumista que muchas veces puede hacer que nos sintamos en la obligación de comprar o regalarle algo a nuestra pareja, o como puede ser en el caso de los y las solteros y solteras, sentirse vacíos o incompletos.

¿Cómo nos afecta este bombardeo?

Si tienes pareja, lo habitual es que aparezcan pensamientos del tipo:

¿Debería comprarle algo?

¿Si no recibo ningún regalo será que mi pareja no me quiere?

Le voy a regalar algo carísimo, que quede claro cuánto le quiero.

Menudo rata, no se ha podido gastar menos, es significa que le importo bien poco.

En el caso de las personas sin pareja, los pensamientos puede ser algo como:

¿Soy menos guay si no tengo con quién celebrar San Valentín?

¿Necesito tener una pareja para ser feliz?

Es San Valentín, estoy sola y me gusta ¿soy rara?.

Otro San Valentín sin pareja. Me siento mal por estar contento.

Todos estos pensamientos están muy relacionados con los llamados mitos del amor romántico.

¿Qué son los mitos del amor romántico?

Todos tenemos una imagen creada de lo que “debe” ser una relación de pareja. Muchas de las ideas que damos como buenas están construidas sobre unas bases injustas, desequilibradas y, sobre todo, falsas.

Son una serie de mandatos de género en torno al amor que, gracias a la perpetuación del imaginario a través de películas, libros y demás se han transmitido socialmente y nos han hecho creer que para que una relación funcione,  tiene que ser lo más pasional posible con subidones de pasión, dramas y otras “delicadezas” que no pueden estar más lejos de lo que una buena relación de pareja es.

Estos mitos se sustentan sobre unos puntos básicos “imprescindibles”:

La media naranja.

Siempre es agradable mostrar compatibilidad con tu pareja, compartir aficiones y puntos de vista. Sin embargo, este mito puede llevarnos a pensar que existe alguien predestinado a nosotros y que además nos completará.

Es importante recordar que ante todo, somos seres independientes y no necesitamos de nadie para que nos complete, podemos ser naranjas enteras. Además, las diferencias con tu pareja pueden ser realmente enriquecedoras y suponer nuevos aprendizajes.

El amor todo lo puede.

Cuando una relación no funciona, el amor no es suficiente.

Quererse no va a hacer que los problemas de pareja desaparezcan. Este mito puede dar pie al pensamiento “si me quiere, cambiará” provocando que en muchas ocasiones nos veamos en la obligación de tolerar situaciones desagradables esperando a que el amor entre la pareja por sí solo lo arregle.

Ante estas dificultades la mejor herramienta es la comunicación, si hay algo que te moleste de tu pareja te animamos a expresarlo asertivamente, indicando cómo te sientes y cómo te gustaría solucionarlo.

Si no duele no es amor.

Una relación requiere esfuerzo, tolerancia y flexibilidad.

Es normal y hasta sano y necesario que en ocasiones surjan pequeños conflictos o discusiones, somos humanos y a veces nos equivocamos. Sin embargo, una relación no implica sufrimiento.

De hecho, las discusiones constantes y el malestar pueden ser un indicador de que algo va mal, por lo que a veces, una ruptura puede acabar siendo una ganancia.

El amor es eterno.

Vivieron felices y comieron perdices.

¿Cuántas películas finalizan con este mensaje?, ¿y si el matrimonio acabó en divorcio?, ¿o si la pareja se cansó y decidió dejarlo?.

Como ya hemos visto, quererse no es suficiente para mantener una relación.

Una relación sana implica esfuerzo y aceptación.

Esfuerzo para mantener lo positivo en primera línea, aceptación de lo que no te gusta y tienes que aprender a manejar.

Es normal que a veces no termine de funcionar. Esto no debería suponer un fracaso, sino que quizás existen diferencias entre ambas personas demasiado profundas o falta de entendimiento que no se llega a solucionar.

El amor va modificándose con el paso del tiempo, lo que al principio puede ser un amor muy pasional, puede dar pie a un amor más íntimo y comprometido o un amor de compañerismo.

Siente celos porque me quiere.

Los celos son una emoción que aparece cuando percibimos que podemos perder aquello que tenemos o amamos. Esto no habla de amor. Una persona celosa puede esconder inseguridad, ansiedad y un sentimiento de posesión exagerado y malsano.

Tener celos no nos da derecho a prohibir o limitar comportamientos a nuestra pareja. Recuerda que somos seres independientes y completos y es importante respetar y confiar en la pareja para que la relación funcione.

Exclusividad.

Estar enamorado o tener pareja no implica que no te puedan atraer otras personas.

Es normal sentir atracción y fijarse en otras personas. Una cosa es sentir atracción sexual y otra enamorarse.

Esto último puede dar pie a lo que se conoce como poliamor: relaciones afectivas de más de dos personas; o a relaciones abiertas, donde una pareja acuerda por decisión mutua la posibilidad de mantener relaciones sexuales y/o amorosas con otras personas fuera de la pareja.

No existe un prototipo de relación ideal. Lo fundamental es que las personas que forman la relación decidan de forma consensuada lo que es mejor para ambos.

Si de verdad me quiere, me lo hará saber.

Es aquello de que mi pareja me va a leer el pensamiento o va a entender lo que quiero o necesito con una simple mirada.

Esto puede llegar a suceder tras muchos años de relación y no es, ni de lejos, la capacidad de leer la mente, sino la costumbre y el conocerse mutuamente.

Este mito puede generar problemas y falta de entendimiento en la pareja a raíz de los mensajes que nos transmite el día de San Valentín.

Existen diferencias en los estilos de comunicación que hacen que algunas personas sean más expresivas o más evitativas que otras. Una cosa es sentir la emoción de amor y otra muy distinta es comunicarla.

Al igual que el lenguaje, el amor puede expresarse de múltiples formas.

Gary Chapman, en su libro “Los 5 lenguajes del amor” define justo eso: 5 formas de expresar el amor a través de una serie de comportamientos que aportan valor y calidad a la relación y a lo que cada una de las partes hace en ella.

Estas 5 formas de expresión del amor son:

El contacto físico.

Está más que demostrado que los abrazos, las caricias, los besos, mejoran el sistema inmunológico, refuerzan los lazos afectivos, generan una lluvia de hormonas que nos hacen sentir extraordinariamente bien y lo mejor de todo, son gratis.

Disfrutar de tiempo de calidad.

Ahora que el ritmo de vida frenético que llevábamos ha parado y que las restricciones nos impiden hacer todos los planes que nos gustaría, compartir tiempo de calidad con tu pareja puede ser realmente beneficioso.

Palabras de afirmación.

Verbalizar cómo nos sentimos y señalar lo que nos gusta de nuestra pareja a través de una carta o una canción. Expresar verbalmente nuestros sentimientos hacia ella/él es algo agradable que a todo el mundo le gusta escuchar.

Actos de servicio.

Cocinar su plato favorito, darle un masaje al finalizar el día, desplazarse a un lugar lejano con el fin de estar cerca de tu pareja, etc. son acciones que a veces damos por sentado y realmente suponen un esfuerzo y compromiso por parte de la otra persona.

Regalos.

Regalar no implica gastarse una gran cantidad dinero, de hecho, se puede optar por obsequios realizados por uno mismo y tendrá más valor que algo caro y ostentoso.

Existen muchas formas de expresar el amor.

Gastarse mucho dinero no significa sentir más amor, dependerá del estilo de comunicación y elección de cada persona.

¿Qué pasa si estoy soltero o soltera en San Valentín?

Estar soltero o soltera no te hace estar incompleto o incompleta.

Puede ser una elección propia, un momento en el tiempo, un período de duelo necesario.

No menosprecies el tiempo de estar solo o sols, dedícalo a conocerte, a mimarte y a cuidarte como nadie más que tú sabe hacerlo.

San Valentín está reconocido como el día del amor en pareja cuando realmente debería celebrarse todos los días, empezando por el amor propio.

Permítete sentir estas emociones, busca planes que te agraden, fomenta el autocuidado o escribe a esas amistades que hace tanto tiempo que no ves.

Recuerda: todos somos naranjas completas y la felicidad no depende exclusivamente de la pareja.

Si sientes que tu relación de pareja está asentada sobre unos cimientos erróneos. O si te sientes mal por no tener pareja, quizás debas darle una vuelta a tu relación de pareja o a la relación que tienes contigo mismo o misma.

No lo dudes: escríbenos y estaremos encantadas de escucharte.